A través de un decreto, el gobierno prohibió durante esta jornada el ingreso de camiones de más de dos ejes a Santiago, y les ofreció en cambio a los manifestantes el ingreso a la capital de un solo vehículo para realizar su protesta.
Tras la negativa, los camioneros bloquearon la ruta, provocando una gran congestión en los alrededores de la localidad de Angostura, a unos 60 kilómetros del centro de Santiago.
“Mientras los autores de los asaltos y quema de camiones en el sur están impunes, a nosotros, las víctimas, nos tratan como delincuentes”, acusó José Villagrán, vicepresidente de la Confederación Nacional de Transporte de Carga (CNTC), que amenazó con un paro nacional si no tienen respuesta del gobierno.
“Si el gobierno nos sigue buscando el odio, vamos a parar el país. La manifestación se va a cambiar por un paro nacional”, afirmó el dirigente.
Varios centenares de camioneros bloquearon otras carreteras de todo Chile en solidaridad con las protestas de camiones del sur.
En las afueras de la casa de gobierno, en tanto, hasta donde los camioneros querían llegar con su movilización, manifestantes a favor y en contra de la protesta se enfrentaron a golpes, en incidentes que obligaron a la Policía a intervenir y que se saldaron con dos detenidos.
Los enfrentamientos se iniciaron cuando confluyeron dos grupos de manifestantes: uno en solidaridad con los indígenas mapuche y otro de familiares de camioneros y agricultores afectados por actos de violencia en el sur de Chile.
Ataques
La protesta de los camioneros se inició el lunes en la ciudad de Temuco, a unos 800 kilómetros al sur de Santiago, en rechazo a una serie de ataques incendiarios ocurridos en los últimos meses en la región de La Araucanía, que, según los camioneros, son provocados en su mayoría por indígenas mapuche, que mantienen un foco de tensión constante en esa región, producto de sus reclamos de tierras.
Decenas de mapuches han sido encarcelados acusados de provocar ataques incendiarios y otros han muerto en el marco de estas protestas. El conflicto se ha cobrado también la vida de policías y de un matrimonio de agricultores.
Este jueves el gobierno chileno reconoció su fracaso al abordar este tema: “Reconozco que hay una situación de fracaso del Estado cuando hechos han quedado impunes y por eso tenemos que trabajar en conjunto”, dijo el ministro del Interior, Jorge Burgos.
