Entre el 2007 y el 2012, Centroamérica registró una tasa de muertes violentas de 33,6 por cada cien mil habitantes, una cifra que sitúa a la región por delante de África Meridional, El Caribe y América del Sur.
La región ya ocupaba el primer lugar en el informe anterior, que cubría el periodo del 2004 y el 2009, con una tasa que era entonces de 29 muertos por cada cien mil habitantes.
Honduras (90.4 muertos por cada cien mil habitantes), considerado en ese país más peligroso del mundo por la ONU, y Venezuela (72.2 muertos por cada cien mil habitantes) están respectivamente en el número 2 y 3 de la lista de los países que registraron un aumento más fuerte de violencia en el 2012.
Siria, inmersa en una guerra civil desde marzo del 2011, encabeza la lista, con 180.2 muertos por cada cien mil habitantes en el 2012.
A nivel mundial, el informe refleja una disminución continuada de la media anual de muertes violentas: 508 mil entre el 2007 y el 2012 frente a 540 mil entre el 2004 y el 2007.
En paralelo a esta disminución, que se explica por una caída de los homicidios voluntarios, el número de muertes relacionadas con conflictos aumentó considerablemente, pasando de 52 mil muertes entre el 2004 y el 2007 a 70 mil entre el 2007 y el 2012.
En ese mismo periodo del 2007 y el 2012 hubo una media anual de 377 mil homicidios voluntarios, 42 mil homicidios involuntarios y de 19 mil muertes provocadas por intervenciones legales.
El informe también muestra que las armas de fuego provocan el 44.1% de todas las muertes violentas.
Ese porcentaje es particularmente alto en Centroamérica, el Caribe y América del Sur.
Por otra parte, entre el 2007 y el 2012, una media de 16% de las víctimas de homicidios fueron mujeres, lo que representa 60 mil muertes.