Los huelguistas concentraron su acción en cortar carreteras y perturbar los transportes públicos. Según el Servicio Catalán de Tránsito, hubo cortes en más de 50 puntos de la red de carreteras, incluyendo las dos principales autopistas que unen la región con Francia y Madrid y los principales accesos a Barcelona.
También quedó cortada la circulación de trenes de alta velocidad entre Barcelona y Francia, cuando un grupo de manifestantes con banderas independentistas invadieron las vías de la estación de Girona gritando “¡libertad, libertad!”.
Desde finales de octubre, es el ejecutivo español de Mariano Rajoy quien controla la región, tras destituir al gobierno regional de Carles Puigdemont que había impulsado una declaración de independencia unilateral.
“Las cosas están funcionando bien. Los funcionarios del gobierno de Cataluña están cumpliendo con su obligación”, explicó Rajoy en una sesión en el Congreso.
El dirigente español también disolvió el parlamento y convocó elecciones para el 21 de diciembre. “Esas elecciones sirven para abrir una nueva etapa política, que necesariamente debe ser una etapa de tranquilidad, normalidad, de convivencia”, afirmó, llamando a una participación masiva.
El independentismo también centra sus esfuerzos en movilizar a sus militantes para esas elecciones.
A pesar de los llamados de Puigdemont desde Bruselas, donde se encuentra desde hace diez días, a formar una lista que aglutinara todas la sensibilidades separatistas contra la intervención de Madrid, los diferentes partidos no consiguieron acordar una coalición.