La captura y posterior extradición de su jefe, Joaquín el Chapo Guzmán, en 2017 hizo que se diera una disputa interna por el control del poder, básicamente entre Ismael el Mayo Zambada y los hijos del Chapo, entre ellos el recién capturado Ovidio Guzmán, aunque medios asegura que decidieron compartirse el poder.
Aunque los hijos de Guzmán han sabido mantener su “legado”, disputan el poder con otros grupos delictivos y facciones de sanguinarios carteles en México.
Esto ha causado numerosos enfrentamientos armados y ha dejado miles de muertos, en una guerra sangrienta que no parece terminar.
Hay varios grupos que, según el medio Infobae, citando a la Secretaría de la Defensa Nacional, se pelean territorio con el cartel de Sinaloa en México, buscando ascender y tratar de superar a dicho grupo criminal.
Por ejemplo, según la publicación, en Baja California los hijos del Chapo se disputan el poder con el cartel de los Arellano Félix, pero también con el Cartel Jalisco Nueva Generación.
En Chihuahua, disputan territorio con La Línea, Nuevo Cartel de Juárez y en Colima también con el Cartel Jalisco Nueva Generación.
En Jalisco ocurre una peculiar situación. El Cartel de Sinaloa apoya por conveniencia a La Nueva Plaza, una célula que se escindió del Cartel Jalisco Nueva Generación.
En Quintana Roo, el cartel heredero del Chapo se enfrenta al Cartel Jalisco Nueva Generación, al cartel de Golfo y a Los Pelones.
En el propio Sinaloa y Sonora, el grupo criminal pelea dominio con el cartel de Los Beltrán Leyva.
Em Zacatecas, la competencia del cartel de los hijos del Chapo son el cartel del Golfo, los Talibanes y el cartel del Noreste.
De acuerdo con la nota de Infobae, los principales factores de la disputa se centran en el narcomenudeo de drogas sintéticas, la extorsión, los secuestros y las vías de trasiego.