A pie
Un autobús salió alrededor de las 04.00 (09.00 GMT) hacia el central estado de Puebla, donde los migrantes recibirán asesoría por parte de abogados para determinar si son candidatos a recibir asilo en México o Estados Unidos.
Hacia las 09.00 (14.00 GMT) llegó otro autobús del cual se vendían pasajes incluso para aquellos que quisieran ir sentados en el pasillo del vehículo por la falta de asientos.
“Ya me salió mi papel para viajar pero falta el de mi esposa. Ayer dijeron que salía un bus para México, en ese nos vamos. Están cobrando 400 pesos (cerca de 20 dólares)”, dice Antoni Jesús López, decidido a llegar a California o Texas donde tienen amigos.
La caravana arrancó el 25 de marzo en Tapachula, en la frontera con Guatemala. Los migrantes centroamericanos que la integran han recibido del Instituto Nacional de Migración (INM) dos tipos de permisos de estancia.
Uno, por 20 días, fue entregado a quienes quieren salir de ese país; otro, de 30 días, para aquellos que sean candidatos a iniciar la solicitud de refugio en México, especialmente los que viajan con niños.
El hondureño Sebastián Alvarez, de 34 años, camina desconsolado entre bolsas de basura y montones de ropa. No tiene dinero para pagar el autobús. Llegó a México con su esposa y tres hijos.
“Ya nos dijeron que esta caravana se acaba aquí y yo sin dinero para moverme. De haber sabido ni vengo”, se lamenta, aunque rechaza con decisión la posibilidad de regresar a su país.
Huellas de violencia
Apenas algunas colchas, unas cuantas prendas de vestir y botellas de agua amarradas con mecates conforman las pertenencias de los migrantes, entre los que se encuentran cientos de niños.
Shannel Smith es una transexual hondureña de 26 años. Viaja con tres compañeras y afirma que escapan de la violencia y la discriminación de que son objeto en su país. Piensan pedir asilo.
“Yo ya sufrí un atentado” a manos de los mareros (pandilleros), relata al mostrar heridas de bala. “Querían que vendiéramos drogas para ellos”, dice al denunciar además que en Honduras la comunidad transexual es “como un cero a la izquierda y si no optas por la prostitución no vales en ese país”.
Ella y su tres amigas no tienen aún el dinero para pagar autobuses y desconsoladas esperaban que los organizadores de la caravana les ayudaran.
Las autoridades de Matías Romero han anunciado que financiarán el transporte gratuito en autobuses a personas vulnerables, como niños, ancianos y enfermos. Vecinos de esta comunidad de unos 40.000 habitantes están donando comida enlatada para el viaje hasta la Ciudad de México, de unas nueve horas.
Este viacrucis, que tenía como intención inicial llegar hasta Estados Unidos, se realiza desde el 2010 para visibilizar el dramático paso de los centroamericanos por México en su afán por llegar a la frontera norte.
Desde el domingo pasado, Donald Trump fustiga vía Twitter el avance de esta caravana y exige a México detenerla. El miércoles último, el mandatario estadounidense firmó una orden para desplegar a la Guardia Nacional en la frontera sur.
Los organizadores de la caravana anunciaron el miércoles que desistían de llegar a Estados Unidos y que terminarían en la capital mexicana, pero aseguraron que no recibieron presiones del INM para disolver la caravana
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Trump aplaude a México
El presidente estadounidense, Donald Trump, alabó a México y sus “fuertes leyes migratorias” por haber disuelto la “caravana” de inmigrantes centroamericanos, de modo que se evitó una “escena gigantesca en la frontera”.
“La Caravana está disuelta en gran medida gracias a las fuertes leyes migratorias de México y su voluntad para usarlas de modo que no se causase una gigantesca escena en la frontera”, dijo Trump en su cuenta de Twitter.
El mandatario agregó que a pesar “gracias a la actuación de la Administración Trump” los cruces en la frontera están aún en un nivel no visto desde hace 46 años, aunque sigue siendo inaceptable.
“¡Dentegamos las drogas!”, precisa el presidente estadounidense en su tuit.
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