Tanto es así que el lunes Cameron ha puesto en marcha una “unidad del brexit” a fin de preparar las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la UE, tras el referendo del pasado jueves.
Durante el fin de semana, hasta 3.7 millones de británicos apoyaron una petición ciudadana ante la Cámara de los Comunes para anular los resultados del referéndum del pasado día 23 y celebrar uno nuevo.
El 52% de los votantes escogieron el pasado 23 de junio romper los lazos con Bruselas, frente a un 48% que prefería mantenerse en la UE, en una consulta en la que se alcanzó el 72.1% de participación.
El texto, impulsado por el británico William Oliver Healey, pide a los parlamentarios la “implementación de una norma por la cual si el voto por salir o quedarse (en la UE) está por debajo del 60%, con una participación inferior al 75%, debería convocarse otro plebiscito”.
El domingo la comisión de peticiones de la Cámara de los Comunes eliminó 77 mil firmas fraudulentas de la solicitud, la cual se ha convertido en la más suscrita de la historia parlamentaria británica.