Hijo y hermano de expresidentes de Estados Unidos, Jeff Bush anunció en enero su intención de concurrir a las primarias y desde entonces no ha parado de recorrer el país con un comité de apoyo para recaudar fondos y medir su respaldo popular.
Además de Bush y Rubio, ya han anunciado su intención de competir en las primarias otros dirigentes republicanos como el exgobernador de Nueva York George Pataki, el senador Lindsey Graham y el exgobernador de Arkansas Mick Huckabee.
También han confirmado sus aspiraciones el exsenador por Pensilvania Rick Santorum, los senadores Rand Paul, por Kentucky, y Ted Cruz, por Texas; el neurocirujano Ben Carson y la exconsejera delegada de Hewlett-Packard Carly Fiorina.
En los próximos días se espera también la candidatura del gobernador de Wisconsin, Scott Walker.
-Bush y Rubio se juegan mucho en primarias-
Destacados precandidatos presidenciales republicanos estuvieron frente a frente el martes recién pasado en un evento realizado en Florida, un estado que podría resultar siendo fundamental para los pesos pesados locales que buscan la nominación, sin mencionar a cualquier adversario que logre ganar aquí en lugar de ellos.
Jeb Bush, quien fue gobernador de Florida durante dos períodos, y el senador federal por Florida Marco Rubio, fueron los astros del estado en una conferencia económica del Partido Republicano que atrajo media docena de aspirantes a ocupar la Casa Blanca. Rubio participó en el foro mediante video debido a sus actividades en el Senado.
Ambos son vistos como amplios favoritos en las elecciones primarias del 15 de marzo del próximo año, tanto que algunos adversarios están considerando no participar en la contienda de Florida, aunque estuvieron aquí el martes.
Ante la audiencia, Rubio lanzó una crítica indirecta pero dirigida inconfundiblemente a Bush, quien hizo uso de la palabra después.
“Nuestra economía se está transformando, no así nuestras políticas ni nuestros líderes”, dijo Rubio. “Nuestros líderes obsoletos continúan aferrados a ideas caducas”.
El político republicano de 44 años no mencionó por su nombre a Bush ni a la demócrata Hillary Rodham Clinton; pero la implicación fue clara dentro de la campaña con vistas al 2016 en la que un grupo de líderes políticos jóvenes contrastan con dos figuras de mayor edad cuyas familias han dominado la política nacional durante décadas.
“Es algo difícil imaginar que mi buen amigo, Marco, criticaría a su buen amigo, Jeb”, dijo Bush con sarcasmo y una sonrisa después de admitir ante reporteros que podría haber “codazos y rodillazos” en la contienda. “Este no es un juego de niños”.
“Si soy candidato, quiero ser el tipo a derrotar”, continuó.
El programa de oradores del martes incluía además al exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, al exgobernador de Texas, Rick Perry, y a los gobernadores de Wisconsin, Scott Walker; de Nueva Jersey, Chris Christie, y de Louisiana, Bobby Jindal.
A pesar de su presencia, muchas oficinas de campaña están evaluando si es conveniente invertir tiempo y dinero en el estado que Bush y Rubio llaman su casa.
Salvo el par de políticos de Florida, ninguno de quienes se presentaron el martes ha comenzado a establecer equipos de operadores y activistas sobre el terreno en Florida.
Muchos ya están trabajando para atemperar expectativas, entendiendo al mismo tiempo que no pueden pasar por alto Florida del todo, tanto por su abundancia de donantes acaudalados como por su estatus de estado sin tendencia política definida que se debe ganar en la elección general.
Walker trató de retractarse de comentarios recientes de que podría evitar las elecciones primarias de Florida en su búsqueda de la candidatura presidencial.
Bush y Rubio “ciertamente tendrían una ventaja competitiva”, dijo. “Pero si no pensara que podría competir, no estaría hoy aquí”, agregó. Walker señaló una lista de conexiones personales y políticas con Florida.
Florida podría ser decisiva en la contienda por la candidatura presidencial republicana.
La Legislatura de Florida cambió recientemente las elecciones primarias del estado para el 15 de marzo, la fecha más temprana en la que el Comité Nacional Republicano permite a los estados que otorguen todos sus delegados al ganador de las primarias. Los estados donde se vota antes deben otorgar sus delegados proporcionalmente.
El cambio fue visto como un movimiento para ayudar a Bush o Rubio, uno de quienes se llevaría todos los delegados del estado si logra el triunfo en Florida.