“Teníamos una valla muy baja, y después comencé a subirla un poco más cada día” , explicó.
Ahora, los dos actúan ante grupos de niños de su pueblo, al-Arid. Ayman utiliza una vara de madera para azuzar al animal y para los saltos sobre una barrera de madera de fabricación casera similar a las de los concursos ecuestres.
Un primo colgó imágenes de los saltos en internet, donde se han expandido gracias a los medios sociales.
Los burros son una pieza clave de la vida en el Egipto rural, donde se usan para transporte o para arrastrar cargas, y a menudo pueden verse en El Cairo y otras grandes ciudades. Pero no es habitual verlos galopar, y menos aún saltar.
“Nunca antes había visto a un burro saltar. Incluso intenté hacerlo con otro y cuando llegó a la barrera se paró” , dijo Abdel-Moneim Sayed, un tío de Ayman.
“El burro es (un animal) muy tozudo. Si sabe que no puede pasar la barrera ni lo intentará, no importa lo que hagas” .
Ayman sueña con participar en saltos ecuestres algún día, pero dice que no se desharía de su burra ni por una gran cantidad de dinero “porque puede saltar y la quiero”.
Se ha corregido este despacho para aclarar la traducción el nombre de la localidad, al-Arid, que antes aparecía mencionada como el-Arid.