La improbable ascensión de De Blasio, que incluye un oscuro puesto en un cargo público supervisor y una increíble recuperación política a mediados del año pasado, llegará a su cima al mediodía en un frío día de Año Nuevo cuando jure el cargo ante el expresidente Bill Clinton.
Cuando de Blasio recite el juramento, el segundo en 12 horas, será el primer alcalde demócrata de Nueva York desde 1993, dispuesto a adoptar cambios generalizados en una ciudad que pasó a ser más segura y limpia que nunca, aunque económicamente más dividida durante los 12 años de Bloomberg en el cargo.
La inauguración será seguramente un día de júbilo para los demócratas, que superan en la ciudad a los republicanos por un margen de 6 a 1 pero que no disfrutaban del poder desde que David Dinkins dejó el cargo hace dos décadas.
El ascenso del partido fue destacado por la presencia de Clinton y su esposa, la exsecretaria de Estado Hillary Rodham Clinton, que sería una de las favoritas en pos de la Casa Blanca en el 2016 si decide postularse.
Ambos Clinton tienen lazos con de Blasio: El nuevo alcalde trabajó en el gobierno del exmandatario en el Departamento de Vivienda y Desarrollo Humano — a las órdenes del ahora gobernador de Nueva York Andrew Cuomo — y trabajó en la exitosa campaña de Hillary Clinton en el 2000 al Senado federal.
De Blasio y su esposa, Chirlane McCray, son con frecuencia comparados con los Clintons ya que McCray ha sido considerada la más poderosa, aunque informal, asesora del alcalde.