Según la CNN, Biden comentó, confiado, que “con él como nuestro próximo director de la CIA, los estadounidenses podrán dormir tranquilos”
Burns será el primer jefe de este gran servicio de inteligencia, espionaje y contraespionaje que procede del Departamento de Estado, con lo que su perfil se adapta más al de un diplomático que al socorrido “halcón” colocado, según los tradicionales usos y costumbres, el frente de la CIA.
Por eso, el propio Biden destaca sobre su hombre de confianza que se trata de un “diplomático ejemplar con décadas de experiencia (…) que comparte mi más profundo sentimiento de que la inteligencia debe ser apolítica y creo que a sus profesionales les debemos gratitud y respeto”.
“Bill”, como se le llama afectuosamente a Burns, es un experto en Rusia –un dato extremadamente relevante en los tiempos que corren– y deja tras de sí una gran labor de gestión en el Fondo Carnegie Internacional por la Paz, un centro de estudios de gran prestigio en la capital, Washington, DC.
También es destacable que Biden, vicepresidente de Barak Obama, haya optado por el numero dos del Departamento de Estado cuando el primer presidente afroamericano ocupó la Casa Blanda durante dos mandatos.
En su currículum hay tres décadas de un servicio diplomático que empezó en 1982 y que lo llevó a las embajadas de Jordania, con el demócrata Bill Clinton, y de Rusia, con el republicano George W. Bush.
Burns suma su experiencia sobre el proceso de paz en en Oriente Medio y el acuerdo nuclear con Irán durante la Administración de Obama.
Teniendo en cuanta el respeto que este hombre tiene entre demócratas y republicanos, los primeros analistas que se han ocupado de Burns prevén que sea fácilmente confirmado por el Senado.
El experto de la CIA Melvin Goodman –treinta años en la Casa– considera que “el nombramiento de Burns mandará una clara señal sobre la importancia del servicio público, que se ha deteriorado en los últimos cuatro años, y eso será importante no sólo para la CIA sino para toda la comunidad de inteligencia”; esto es, los servicios de espionaje y contraespionaje que, en Estados Unidos, dominan el FBI, dentro de las fronteras, y la CIA en el exterior.