Durante la misa en la Capilla de la Reconciliación, situada donde se encontraba la llamada franja de la muerte, el teólogo húngaro Sándor Fazakas recordó la caída del muro hace 26 años como una muestra del “anhelo de los ciudadanos por la verdadera libertad”.
Abogó además por no olvidar a las innumerables personas que “pusieron en riesgo y perdieron su vida a la sombra del muro por esta libertad”.
La activista por los derechos humanos en tiempos de la República Democrática Alemana (RDA) Hildigund Neubert trazó un paralelismo entre la reunificación de Alemania y el actual desafío para integrar a centenares de miles de refugiados de otras culturas y religiones.
El resultado de la reunificación alemana en 1990 también era incierto, recordó.
“La reunificación fue un asunto arriesgado sin precedente histórico, desde el punto de vista económico y mental”, declaró Neubert, quien subrayó que hoy se puede decir que fue un logro positivo y que Alemania salió reforzada.
En los más de 28 años de existencia del llamado muro de la vergüenza, cuya construcción comenzó el 13 de agosto de 1961, al menos 136 personas murieron a lo largo de sus 155 kilómetros al tratar de pasar al lado occidental.