Los hechos, por los que Avery también fue acusado de almacenamiento peligroso de arma de fuego, tuvieron lugar el 11 de agosto en su domicilio.
Aquel día, su pareja, Shamaya Lynn, de 21 años, estaba hablando con compañeros de trabajo por videollamada cuando, de repente, cayó de espaldas y no volvió a aparecer en pantalla.
Una compañera de la joven llamó a la policía para contarle que había oído un ruido antes de que Lynn cayera de su asiento.
A su llegada al domicilio de la víctima, los agentes vieron cómo Avery trataba de reanimar a su pareja, que había recibido un disparo en la cabeza, según la oficina del fiscal estatal.
La investigación policial permitió averiguar que Avery había dejado una pistola cargada y sin el seguro puesto en la mochila de su hijo, decorada con imágenes del dibujo animado “La patrulla canina”.
El niño tomó el arma, se acercó a su madre mientras hablaba con sus compañeros de trabajo y consiguió dispararla.
Roberto Ruiz Jr., un agente de la policía de Altamonte Springs, dio detalles sobre la detención en rueda de prensa.
“Tal vez no fuera algo que esa persona quisiera hacer”, dijo sobre Avery y la muerte de Lynn. “Pero ahora tiene que pagar las consecuencias”.
“Como propietario de una pistola, uno tiene la responsabilidad de tener cuidado con esas armas”, añadió.
El delito de homicidio negligente se castiga en Florida con penas de hasta 15 años de cárcel, según la ley estatal.