Lo que Godi no vio fue que, mientras merendaba, ocho monos lo habían rodeado.
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Los motivos detrás de la sangrienta “Guerra de los cuatro años” entre chimpancés, la única de este tipo documentada
La única guerra civil documentada entre chimpancés silvestres comenzó con un brutal asesinato. Era enero de 1974 y un chimpancé llamado Godi comía en solitario sobre las ramas de un árbol en el Parque Nacional de Gombe, en Tanzania.
La elección de Humphrey como macho alfa generó tensión en la comunidad de chimpancés del Parque Nacional de Gombe con dos rivales, Charlie y Hugh. GEZA TELEKI
“Saltó del árbol y corrió, pero lo atraparon”, contó el primatólogo británico Richard Wrangham en el documental televisivo de la BBC “El simio demoníaco” (2004).
“Uno consiguió (tomarlo de) un pie, otro le atrapó una mano. Lo inmovilizaron y luego lo golpearon. El ataque duró más de cinco minutos y para cuando lo dejaron ir, apenas podía moverse”, agregó.
Godi jamás fue visto de nuevo.
Este brutal episodio es conocido como el inicio de lo que la famosa primatóloga británica Jane Goodall bautizó como la “Guerra de los cuatro años”, el conflicto bélico que dividió a una comunidad de chimpancés en Gombe y desató una ola de asesinatos y violencia como nunca más se volvió a registrar.
Sin embargo, la naturaleza exacta y causa de la separación es un “eterno misterio”, dijo Joseph Feldblum, profesor de antropología evolutiva de la Universidad de Duke, Estados Unidos, en un comunicado de la institución.
El mes pasado, Feldblum lideró un estudio publicado en la revista científica American Journal of Physical Anthropology donde devela la historia de “poder, ambición y celos” que originó esta sangrienta guerra.
Monos y humanos
Feldblum lleva 25 años archivando y digitalizando las notas que Goodall tomó durante sus más de 55 años viviendo en el Parque Nacional de Gombe.
La primatóloga, que este martes cumplió 84 años, cambió todo lo que creíamos saber sobre los chimpancés (y sobre los seres humanos) al descubrir que estos monos fabricaban y usaban herramientas, tenían un lenguaje primitivo y eran capaces de entender lo que sus pares pensaban.
Pero Goodall también descubrió la crueldad que estos animales podían alcanzar.
Fueron cuatro años de documentar saqueos, golpizas y asesinatos entre las fracciones Kasakela y Kahama, ubicados al norte y sur del parque respectivamente.
En ese tiempo, por ejemplo, un tercio de las muertes de chimpancés machos en Gombe fueron perpetradas por los propios animales.
La guerra, dijo Goodall en el documental de la BBC, “solo hizo que los chimpancés se parecieran todavía más a nosotros de lo que se pensaba”.
La violencia fue tan excesiva y única que algunos investigadores han sugerido que fue desatada involuntariamente por la propia Goodall, quien instaló una estación de observación donde los animales recibían alimentos.
Según estas teorías, “las dos comunidades de chimpancés podrían haber existido todo el tiempo o se estaban disolviendo cuando Goodall comenzó su investigación, y la estación de alimentación simplemente los reunió en una tregua temporal hasta que se separaron nuevamente”, informó Duke en el comunicado.
“Pero los nuevos resultados de un equipo en Duke y la Universidad Estatal de Arizona sugieren que algo más estaba pasando”, agregó.
De amigos a enemigos
En el nuevo estudio los investigadores analizaron los cambios en las alianzas entre 19 chimpancés machos durante los 7 años previos a la guerra.
Para ello, elaboraron mapas de redes sociales, donde dos machos eran considerados amigos si se los veía llegar juntos a la estación de alimentación con mayor frecuencia que otras duplas.
“Su análisis sugiere que durante los primeros años, entre 1967 y 1970, los machos del grupo original estaban entremezclados”, informó Duke.
Es entonces que la comunidad comenzó a dividirse: mientras unos pasaban más tiempo en el norte, otros estaban la mayoría del tiempo en el sur.
Para 1972, la socialización entre machos sucedía exclusivamente dentro de las fracciones Kasakela o Kahama.
Al encontrarse, comenzaban arrojarse ramas, gritar y hacer otras demostraciones de fortaleza.
“Escuchábamos esos gritos desde el sur y decíamos: '¡Los machos del sur están viniendo!'”, contó Anne Pusey, docente de antropología evolutiva de Duke que estuvo en Gombe junto a Goodall en esos años.
“Todos los del norte subirían entonces a los árboles, y habría muchos gritos y exhibiciones” de poder, agregó Pusey, quien es coautora del reciente estudio.
Tres sospechosos
Dado el momento en que se produjo el quiebre, los investigadores creen que el conflicto surgió por “una lucha de poder entre tres machos de alto rango”: Humphrey, un macho alfa recientemente coronado, y sus rivales sureños Charlie y Hugh.
“Humphrey era grande y se sabía que arrojaba piedras, lo cual resultaba aterrador”, contó Pusey en el comunicado. “Podía intimidar a Charlie y Hugh por separado, pero cuando estaban juntos, solía mantenerse fuera de su camino”.
En ese periodo la disponibilidad de hembras fue inusualmente baja, lo que probablemente exacerbó la lucha por el dominio, según la investigación.
La violencia, a su vez, no se limitó a estos tres machos rivales, sino que afectó a toda la red de vínculos sociales, sin distinguir edades ni sexos.
Si bien los investigadores reconocen que la falta de otros eventos similares en la naturaleza hace difícil contrastar los nuevos resultados, este trabajo podría traer cierta paz a Goodall.
“Toda la situación fue terrible”, dijo la británica en el citado documental, quien reconocía que su estación de observación había “elevado la violencia” entre chimpancés.
En sus palabras: “Creo que la parte triste es haber observado la secuencia de eventos en donde una comunidad más grande aniquiló por completo a la más pequeña y luego tomó su territorio”.