En una entrevista con el medio digital Axios, Trump aseguró que está trabajando para poner fin a este “derecho” consagrado en la enmienda 14 de la Constitución hace 150 años, que establece que cualquiera nacido en suelo estadounidense es ciudadano de ese país.
BBC NEWS MUNDO
Ciudadanía por nacimiento: qué es la enmienda 14 de la Constitución de EE. UU. (y cuán posible es que Trump acabe con ella)
El presidente Donald Trump dice que planea acabar con la "ciudadanía por nacimiento" en Estados Unidos con una orden ejecutiva. Pero, ¿puede hacerlo?
“Siempre me dijeron que se necesitaba una enmienda constitucional. Y ¿sabes qué? No se necesita”, aseguró el presidente.
“Puedes hacerlo con una ley del Congreso. Pero ahora dicen que simplemente puedo hacerlo con una orden ejecutiva”.
Los comentarios del mandatario despertaron un feroz debate sobre si el mandatario tiene el poder de unilateralmente hacer algo así, y si su premisa para querer hacerlo -que “la ciudadanía por nacimiento” está siendo explotada por inmigrantes indocumentados- tiene base alguna.
1. ¿Qué es la “ciudadanía por nacimiento”?
La primera frase de la enmienda 14 establece el principio del “derecho a la ciudadanía por nacimiento”.
“Todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos y sujetas a la jurisdicción del mismo son ciudadanos de Estados Unidos y del estado en el que residen”.
Aquellos que promueven una línea dura sobre la inmigración argumentan que esta política es “un gran imán para la inmigración ilegal” que anima a mujeres embarazadas indocumentadas a cruzar la frontera para dar a luz en Estados Unidos, una práctica que se ha denominado de manera peyorativa “turismo de nacimiento” o tener “un bebé ancla”.
“El bebé es básicamente ciudadano de Estados Unidos durante 85 años con todos los beneficios. Es ridículo”, dijo Trump a Axios. “Esto tiene que terminar”.
Un estudio del centro de investigación Pew concluyó en 2015 que el 60% de los estadounidenses se oponían a acabar con el “derecho a la ciudadanía por nacimiento”, mientras que el 37% estaba de acuerdo con hacerlo.
2. ¿Cuál es el origen de la “ciudadanía por nacimiento” en EE. UU.?
La enmienda 14 se adoptó en 1868, tras el final de la guerra civil. La enmienda 13 abolió la esclavitud en 1865, mientras que la 14 resolvió la cuestión de la ciudadanía de los antiguos esclavos liberados que nacieron en Estados Unidos.
Algunas decisiones previas del Tribunal Supremo, como el caso “Dred Scott vs. Sandford” en 1857, determinaron que los afroamericanos no podrían ser nunca ciudadanos estadounidenses. La enmienda 14 invalidó ese argumento.
En 1898, el Tribunal Supremo de Justicia de EE. UU. respaldó que la ciudadanía por nacimiento se aplica a los hijos de inmigrantes en el caso de “Wong Kim Ark vs. Estados Unidos”.
Wong era un joven de 24 años hijo de inmigrantes chinos, que nació en EE. UU., pero le denegaron la reentrada tras volver al país de una visita al país asiático.
Wong argumentó de manera exitosa que, dado que él nació en Estados Unidos, el estatus migratorio de sus padres no tenía ninguna repercusión en la aplicación de la enmienda 14.
La sentencia del caso “Wong Kim vs. Estados Unidos ratificó que, a pesar de la raza o el estatus migratorio de los padres, todas las personas nacidas en Estados Unidos tenían todos los derechos que la ciudadanía ofrece”, escribe Erika Lee, directora del centro de Investigación de la Historia de la Inmigración en la Universidad de Minnesota.
“El tribunal no ha vuelto a examinar este asunto desde entonces”.
3. ¿Puede Trump acabar con la ciudadanía por nacimiento con una orden ejecutiva?
La mayoría de académicos coinciden en que el presidente Trump, por decreto, no puede limitar un derecho establecido en una enmienda constitucional, que es de rango mayor en la jerarquía de las normas.
“Está haciendo algo que va a molestar a muchas personas, pero al final será decidido por los tribunales”, asegura Saikrishna Prakash, experto en derecho constitucional y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Virginia.
“Esto no es algo que pueda decidir él solo”.
Prakash explica que el presidente puede ordenar a los empleados de agencias federales que interpreten el alcance de la ciudadanía de manera más estricta -por ejemplo, a agentes de Inmigración y Aduanas-, pero apunta que eso inevitablemente provocará recursos por parte de personas a quienes se les negó la ciudadanía.
Ello puede desembocar en una larga batalla en los tribunales que podría acabar en última instancia en el Supremo.
No obstante, Martha S Jones, autora de Birthright Citizens, escribió en Twitter que el Tribunal Supremo no se ha pronunciado sobre si los hijos de personas que no tienen la ciudadanía estadounidense o de inmigrantes indocumentados deberían convertirse en ciudadanos de forma automática al nacer.
“SCOTUS (el Tribunal Supremo de Justicia de EE. UU.) puede discernir entre (el caso de) Wong Kim Ark y los hechos”, escribe Jones.
“Los padres de Wong estaban autorizados o deberíamos decir que eran inmigrantes legales. Su presencia en Estados Unidos estaba autorizada. (El caso de) Wong Kim Ark no respondió directamente el estatus de los niños nacidos de padres inmigrantes no autorizados (en el país)”.
Prakash coincide.
“Las personas que están con una visa de turismo o sin permiso… a sus hijos se les da la ciudadanía por nacimiento de forma automática”, dice. “Esa es la manera en la que se ha interpretado en tiempos modernos pese a que no ha habido un pronunciamiento definitivo del Tribunal Supremo sobre eso”.
Una enmienda constitucional puede eliminar la ciudadanía por nacimiento, pero ello requeriría dos tercios de los votos en el Congreso y el Senado.
4. ¿Hay algo detrás de esta decisión?
Anthony Zurcher, BBC News, Washington
La decisión de Trump de insistir de nuevo en el fin de la ciudadanía por nacimiento -que ahora dice que puede hacerlo con un trazo de su bolígrafo presidencial- debería ser visto en el contexto de las elecciones de mitad de periodo de la próxima semana.
Como la decisión de la Casa Blanca de enviar a más de cinco mil militares a la frontera, estas declaraciones parecen otro intento de centrar la atención de los estadounidenses en la inmigración.
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Trump hizo de su postura dura con la inmigración parte central de su campaña presidencial en 2016 y lo ve como una de las razones por las que ganó.
Ahora, en la tramo final electoral que puede determinar el éxito de los últimos dos años de su presidencia, Trump vuelve a echar mano de ello.
Una encuesta realizada en 2017 evidenció que la mayoría del público apoyaba la ciudadanía por nacimiento, incluido por migrantes indocumentados, pero un 30% se oponía.
Incluso si esos números no han cambiado, la idea de que el presidente está luchando por un tercio del público -y podrían lograr lo que quieren si los republicanos controlan el Congreso- puede ser suficiente para equilibrar la balanza de su lado en contiendas claves.
“Esto no tiene nada que ver con las elecciones”, defendió Trump en una entrevista reciente.
El momento elegido de sus declaraciones, sin embargo, es difícil de ignorar.
5. ¿Existen otros países con este mismo derecho?
En sus comentarios a Axios, Trump aseguró que Estados Unidos es el único país que ofrece este tipo de derecho a los nacidos en el país.
Pero no es verdad.
De hecho, más de 33 países, incluidos Canadá o México, lo contemplan.
Ninguna nación en Europa o Asia oriental ofrece la ciudadanía por nacimiento, pese a que en Reino Unido, por ejemplo, la ciudadanía es concedida de manera automática si uno de los padres es ciudadano o residente permanente.
Estados Unidos además no es el único país donde esta práctica se ha puesto en cuestión.
En agosto, los delegados de la Convención Nacional de Conservadores Canadienses votaron para acabar con la ciudadanía por nacimiento para niños a menos de que uno de sus padres fuera canadiense o residente permanente.
6. ¿Quién se beneficia de este derecho?
Según el centro de investigación Pew, 275 mil bebés de padres inmigrantes sin autorización para estar en EE. UU. nacieron en 2014, y había 4.7 millones de niños nacidos en Estados Unidos, menores de 18 años, viviendo en el país con al menos uno de sus padres en situación irregular.
A lo largo de los años 90 y los 2000, los nacimientos de niños de padres inmigrantes sin autorización incrementaron de manera estable antes de llegar a un pico en 2006, pero han bajado desde entonces.
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A pesar de que el Centro Pew no tiene números exactos de los países de origen de esos padres, el director de Demografía y Migración Global, Mark Lopez, asegura que tres cuartos de los inmigrantes no autorizados en Estados Unidos proceden de países de Latinoamérica.
“Los hispanos compondrían la mayoría de esos niños de padres inmigrantes no autorizados”, explica.
No obstante, añade que, como no sabemos cómo Trump escribirá su orden ejecutiva, los niños de aquellos que tengan visa u otros residentes temporales también podrían verse afectados por esa posible medida.