Pero la situación podría estar cambiando, advierte Barbara Plett Usher, corresponsal de BBC News en Jerusalén.
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Relación Israel-Estados Unidos: las razones por las que Trump se está “alejando” de su aliado clave
La cercana relación entre Trump y Netanyahu ha llevado a que el vínculo entre Estados Unidos e Israel sea "más fuerte y mayor que nunca", en palabras del líder israelí.
Netanyahu hizo de su relación con Trump una parte clave de su campaña presidencial. Foto: Getty Images
Una pista de ello es lo ocurrido tras los comicios parlamentarios celebrados en septiembre en Israel.
El primer ministro Benjamin Netanyahu, que hizo de su cercana relación con Washington uno de los pilares de su campaña, fracasó en su segundo intento por conseguir los votos suficientes para formar una coaliciónyla Casa Blanca reaccionó con una respuesta tibia respecto al político israelí.
¿Estamos presenciando el comienzo del fin de la estrecha relación entre Israel y Estados Unidos? Plett Usher lo analiza en esta pieza.
Hubo un elemento extraño en la ceremonia de juramentación del Parlamento israelí (Knéset) la semana pasada.
Solo habían transcurrido cinco meses desde la última vez que los miembros recién elegidos de ese órgano prestaron juramento y, dada la parálisis política continua después de otra ronda de elecciones no concluyentes, es posible que tengan que volver a hacerlo pronto.
Sumado a eso, el sombrío y casi apocalíptico discurso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no podría haber sido menos festivo.
Netanyahu advirtió sobre una guerra inminente con Irán y mencionó desafíos de seguridad sin precedentes, señalando que estos eran diferentes a los que supuso la Guerra de Yom Kippur, en 1973.
Por supuesto, sus comentarios fueron vistos por muchos analistas como una simple retórica de campaña destinada a defender por qué debería seguir liderando al país, a pesar de que no logró obtener una mayoría en la votación de septiembre.
“Damas y caballeros, les presento ‘La Gran Amenaza Iraní'”, escribió el columnista de Ma’ariv Ben Caspit en una irónica crítica a la recurrente mención de una “amenaza de seguridad para el país” por parte de Netanyahu.
Pero el discurso del primer ministro también ayudó a alimentar la angustia de la población en la víspera del aniversario de comienzo de la Guerra de 1973, el día anual de expiación judía durante el cual, hace 46 años, Israel enfrentó un ataque sorpresa de una coalición de ejércitos árabes.
“Trump odia a los perdedores”
Un punto esencial en este sentido es la política del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para Medio Oriente. Dicha política viene acompañada de interrogantes sobre la estrecha relación del líder estadounidense con Benjamin Netanyahu.
El primer ministro israelí ha hecho de su relación con el mandatario estadounidense un punto clave de sus campañas de reelección, alegando que ha dado importantes resultados.
Bajo su supervisión, el gobierno de Trump ha revocado la política estadounidense de larga data respecto a Israel, al reconocer la soberanía de ese país sobre los Altos del Golán y al trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén.
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En particular, Netanyahu considera que la decisión de Trump de abandonar el acuerdo nuclear de Irán y endurecer su posición respecto a la República Islámica es una reivindicación crucial de su propia estrategia para proteger a Israel del alcance creciente de Teherán en la región.
Cualquier cosa que no sea un apoyo inquebrantable de ambos lados es inusual, por lo que la ambigua respuesta de Trump a las elecciones de septiembre sonó como un gong en Jerusalén.
Trump señaló que la votación había tenido un margen estrecho y enfatizó que la relación especial de Estados Unidos era con el pueblo de Israel, no con una persona.
“Trump odia a los perdedores”: fue la conclusión de numerosos medios israelíes, especialmente a aquellos amigos que no pueden ganar, a pesar de su “ayuda estratégica”, dijeron.
Esto puede sonar a exageración, pero resalta la débil posición de Netanyahu después de no haber sido capaz de formar un gobierno en dos ocasiones.
“El presidente más amable con Israel”
En medio de las complejas batallas de coalición de Israel, el primer ministro está tratando de aferrarse a su empleo, lo que podría darle más influencia para luchar contra la inminente acusación por cargos de corrupción.
La política del primer ministro respecto a Irán ya había sido sacudida de manera significativa por el giro de Trump en su acercamiento diplomático con la República Islámica.
Y fue golpeada también por la negativa del presidente a flexionar el músculo militar estadounidense en respuesta a un aparente ataque iraní contra las instalaciones petroleras sauditas.
Los israelíes han estado rechazando de manera más agresiva y abierta a los representantes de Irán en la región, decididos a detener la proliferación de misiles iraníes cerca de su frontera. Pero el ataque saudí hizo sonar nuevas alarmas.
Si Irán pudo golpear directamente a Arabia Saudita con misiles de crucero, la lógica dice que podría hacer lo mismo con Israel.
Pero, ¿se enfrentarían los israelíes a esa amenaza sin el paraguas de seguridad estadounidense que creían tener?
“El golpe mortal que los iraníes asestaron a las instalaciones de producción petrolera saudita a través de misiles de crucero que fueron disparados desde Irán, un ataque que no recibió respuesta alguna de la administración Trump, evidencia el colapso total de la doctrina de seguridad de Netanyahu, quien basó todas sus decisiones en ‘el presidente más amable hacia Israel que haya residido en la Casa Blanca’, escribió Shimon Shiffer en el periódico israelí Yedhioth Ahronoth.
La alarma se ha visto agravada por la decisión de Trump de retirar a las tropas estadounidenses del noreste de Siria para despejar el camino para una operación militar turca, aparentemente abandonando a los aliados kurdos de Estados Unidos.
Una vez más, eso ha generado preocupación en Jerusalén sobre cuán lejos está dispuesto a llegar EE.UU. para proteger a otros aliados.
“Trump se ha vuelto poco confiable para Israel”, concluye Shiffer.
A decir verdad, nada sugiere que Estados Unidos vaya a reducir de alguna manera su firme apoyo a la seguridad de Israel.
Pero después de casi tres años de caminar en sintonía con el gobierno de Trump, Israel se enfrenta a la realidad de un presidente impredecible que tiene profundas reservas sobre el uso del poderío militar estadounidense, que teme involucrarse en otro conflicto de Medio Oriente y que, como Netanyahu, está inmerso en sus propias batallas políticas internas por la supervivencia.