Chris McCandless se instaló en un autobús abandonado de la ciudad de Fairbanks que generalmente usaban los cazadores como refugio.
BBC NEWS MUNDO
Por qué algunos turistas arriesgan su vida para visitar un autobús abandonado en el medio de Alaska
En 1992, un joven graduado estadounidense vendió todas sus pertenencias y se fue a vivir solo a Alaska, en medio de la naturaleza.
El autobús está bastante aislado y los turistas deben cruzar el río Teklanika. (Foto Prensa Libre: Gavin Brennan)
Estaba cumpliendo su sueño de vivir de la tierra. Pero murió en cuatro meses.
Lo que escribió en su diario inspiró el libro Into the Wild (“Hacia rutas salvajes”), publicado en 1996 por Jon Krakauer; y en 2007, una película del mismo nombre, dirigida por Sean Penn.
Desde entonces, el libro y el filme han influido en una nueva generación de personas que quieren escapar de la rutina de trabajar en una oficina de nueve a cinco y se embarcan en busca de aventuras en la naturaleza.
Muchas de estas personas intentan llegar al autobús en el que vivió McCandless y presenciar el impresionante paisaje donde el joven californiano de 24 años, que también se identificaba como Alexander Supertramp, pasó sus últimos meses.
Pero al hacerlo ponen en riesgo sus vidas, como lo descubrió un grupo de turistas esta semana.
A pesar de las advertencias cada vez más severas de las autoridades, la gente todavía parece decidida a visitar el autobús.
Dos muertos
El vehículo se encuentra en el centro de Alaska, en el extremo norte del Parque Nacional Denali.
Para alcanzarlo, los visitantes deben cruzar las agitadas aguas del río Teklanika, desde el pueblo más cercano, que está a unos 50 kilómetros de distancia.
Dos personas han muerto tratando de hacerlo. La más reciente fue la recién casada Veramika Maikamava, de 24 años, que pereció cuando la arrastró la corriente mientras intentaba cruzar el río con su esposo, en julio de 2019.
Luego, a principios de esta semana, cinco turistas que buscaban el autobús fueron rescatados, después de desviarse unos 20 kilómetros de donde se suponía que debían estar.
Uno de ellos se estaba congelando.
Entre 2009 y 2017 hubo 15 operaciones de búsqueda y rescate relacionadas con el autobús.
¿Qué hace que la gente siga yendo a buscar el autobús a pesar del peligro?
Pasión por los viajes
McCandless era un apasionado de vivir al aire libre. En los meses posteriores a la venta de sus pertenencias, navegó en kayak por una sección del río Colorado e hizo autostop por Estados Unidos.
Fue esta pasión por los viajes y el aire libre lo que atrajo a Gavin Brennan a leer el libro Into the Wild, de Jon Krakauer.
Entonces, un día reservó un viaje de tres semanas a Alaska. “Estaba dispuesto a arriesgarlo todo para ver y sentir la magia, porque realmente se siente magia en el autobús”, dijo.
“Mi viaje por Alaska dio muchos giros, desde tormentas de nieve a encuentros con alces y huellas de osos. Dejé mi libro en la cama de Chris en el autobús, prometiendo no volver nunca más, y mi viaje a las profundidades de Alaska terminó”.
Martina Treskova, quien viajó al autobús con su ahora esposo, dice que era consciente del peligro que implicaba llegar al mismo, pero asegura que se había preparado para el desafío y que, si algo le hubiera parecido mala idea, no lo habría hecho.
“Existe la idea de huir de la sociedad y no estar atados a lo que todo el mundo quiere de ti y de perderte en la naturaleza y volver a conectarte contigo mismo“, dice Treskova.
“Creo que todo el mundo lo siente. Todos sentimos que lo entendemos”, le dice a la BBC.
Algunos lugareños, sin embargo, opinan distinto sobre el autobús.
Reubicar el autobús
“Diría que la mayoría de las personas que viven aquí quiere que se lleven el autobús”, dijo Jon Nierenberg, residente de Alaska, al Anchorage Daily News en 2013.
“Creo que deberían sacarlo y colocarlo en algún lugar de Healy [pueblo cercano a Fairbanks] donde la gente pueda verlo con seguridad”, comentó en ese entonces.
Clay Walker, el alcalde del municipio de Denali, donde se encuentra Healy, se pregunta si quitar el autobús resolvería el problema.
“Tal vez siempre habrá un grupo de personas que se sientan atraídas por el lugar [donde está ahora el autobús] y quieren probarse a sí mismos contra la naturaleza de Alaska”, dijo.
Sugirió que se podrían poner señales con orientaciones para cruzar los ríos.
“Creo que existe la percepción de que cualquiera que va al lugar es un seguidor acérrimo de McCandless”, dice Paxson Woebler, un residente de Alaska que tiene una página web sobre trekking en el estado. “Pero no es realmente así”.
“Imagino que eventualmente alguien querrá resolver el asunto por sus propias manos y destruirá el autobús. Después de todo, esto es Alaska”, opina.
Visitar la réplica
Hoy en día el autobús está en mal estado y las ventanas han desaparecido.
“El techo está comenzando a oxidarse, lo que significa que no pasará mucho tiempo antes de que sea inutilizable como refugio en el campo”, dice Woebler.
Una cervecería en Healy ya instaló la réplica del autobús que fue usada en la película.
Los turistas con poco tiempo están empezando a escuchar a los lugareños y optan por visitar la réplica en vez de caminar hasta el original.
Antonette Spaan decidió visitar el autobús de la cervecería después de hablar con gente local.
“He estado en Alaska siete veces y respeto mucho el estado y su gente, y básicamente te aconsejan que no vayas porque es demasiado peligroso”, dice.
“Me di cuenta de que no quiero ir a un lugar que no sea seguro, no quiero arriesgar mi vida y quiero respetar a la gente local”, cuenta.
“A menos que hayas estado en Alaska, realmente no sabes cómo es Alaska y cómo es cuando la naturaleza está en tu contra”.