El comentario, realizado este martes en conferencia de prensa, surgió en el contexto de la condena del gobierno estadounidense al supuesto uso de gas sarín por parte del presidente de Siria, Bachar al Asad, el 4 de abril en la ciudad de Khan Sheikhoun, que provocó la muerte de al menos 80 personas.
BBC NEWS MUNDO
“Ni Hitler se rebajó a usar armas químicas”: ¿por qué despertó tantas críticas que el vocero de la Casa Blanca comparara a Al Asad con el líder de la Alemania nazi?
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, fue duramente criticado por afirmar que "alguien tan despreciable como (el líder de la Alemania nazi, Adolf) Hitler ni siquiera se rebajó a usar armas químicas".
“Creo que en lo que respecta al uso del gas sarín, él (Hitler) no usó el gas en su propia gente de la misma forma que Asad lo está haciendo”, dijo Spicer cuando una periodista le pidió que explicara mejor la comparación con Hitler.
Las declaraciones, realizadas en momentos en que los judíos conmemoran las Pascuas, despertaron asombro en los periodistas presentes, quienes le indicaron a Spicer que Hitler usó gas para matar gente en el Holocausto, particularmente judíos.
Entre titubeos, Spicer respondió: “Gracias. Agradezco eso (la aclaración). Él los llevó a centros del Holocausto, entiendo eso. Me refiero a la forma en que Al Asad las usó (a las armas químicas), yendo a ciudades y tirándolas en el medio”.
Horas más tarde, en entrevista con la cadena de noticias CNN, Spicer se disculpó por sus dichos “insensibles e inapropiados”.
Si bien el comentario del vocero de Donald Trump despertó numerosas críticas y hasta pedidos de destitución, en verdad no se trata de algo nuevo ni extraño.
En los últimos tiempos, Hitler o la Alemania nazi surgen como argumento recurrente en cuestiones de política internacional, una vieja estrategia de discusión que tiene su propio nombre: la “ley de Godwin”.
Ley de Godwin
De acuerdo con el Diccionario Oxford de inglés, la “ley de Godwin” es “la teoría de que a medida que una discusión online avanza, se vuelve inevitable que algo o alguien eventualmente sea comparado con Adolfo Hitler o los nazis, sin importar cuál sea el tema”.
La ley, formulada por el abogado y autor estadounidense Mike Godwin en 1990, comenzó a ser citada por numerosos internautas en referencia a los dichos de Spicer.
Empezando por el propio Godwin.
“Hasta la fecha, estas están siendo mis peores Pascuas”, tuiteó el abogado, quien recordó en otro posteo: “Es extremadamente raro que la improvisada comparación con Hitler o los nazis resulte bien”.
Según dijo a la BBC el director de la Liga Anti Difamación (ADL) de Estados Unidos, Jonathan Greenblatt, “las comparaciones fuera de lugar trivializan esta tragedia única en la historia de la humanidad”.
Su uso se debe a que es “el evento histórico que se encuentra más a la mano para ilustrar el bien contra el mal”, agregó.
De acuerdo con el periodista de la BBC David Molloy, cuando una discusión desciende a este nivel básico argumentativo, “la comparación inevitablemente aparece”.
Comparaciones recurrentes
Según el gobierno estadounidense, el uso de gas sarín en la ciudad de Khan Sheikhoun motivó la orden de Trump de bombardear Shayrat, una base aérea del gobierno sirio desde donde supuestamente partió el ataque con armas químicas.
Spicer estaba condenando el uso del agente nervioso letal cuando hizo la comparación. Pero meses antes, el presidente del cual él es vocero fue nivelado con el líder nazi.
“Adelante, voten por el tipo con la voz ruidosa que odia a las minorías, amenaza con encarcelar a sus oponentes, no le importa un pepino la democracia y defiende que solo puede arreglarlo todo. ¿Qué podría salir mal?”, decía una campaña firmada por “el pueblo alemán”, que se volvió viral poco antes de que Trump fuera electo presidente de EE.UU.
Pero hubo analistas que también establecieron esta conexión, sobre todo por cómo la esencia del plan de Hitler era “hacer de Alemania grande nuevamente”, en términos de la campaña del propio Trump.
No obstante, también hubo expertos que hicieron lo mismo al hablar de las candidaturas de Marine Le Pen en Francia y de Geert Wilders en Holanda, al analizar la victoria del brexit en la votación por la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea y las acciones de Israel en Gaza, por citar algunos ejemplos recientes.
Incluso el mes pasado el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó a los gobiernos de Alemania y Holanda de usar “tácticas nazis”.
Amanda Moorghen, investigadora de la Unión de Angloparlantes, una organización sin fines de lucro que promueve el pensamiento crítico, dijo a la BBC que las comparaciones con el nazismo suelen ser una forma de llamar la atención.
“Es un grave error porque cualquier atención que consigan atraer, se concentrará en esa palabra ('nazi') antes que en el tema en cuestión”.
Spicer bajo presión
“De ninguna manera estaba tratando de disminuir la naturaleza horrenda del Holocausto, estaba tratando de hacer una distinción entre la táctica de usar aviones para lanzar armas químicas en centros poblados”, dijo Spicer.
“Cualquier ataque contra personas inocentes es reprensible e inexcusable”, agregó.
De todos modos, el comentario despertó duras críticas.
“Sean Spicer debe ser despedido y el presidente tiene que rechazar los dichos de su vocero inmediatamente”, dijo la legisladora demócrata Nancy Pelosi.
Y agregó: “O bien habla en nombre del presidente o el presidente debería haberlo pensado mejor al momento de contratarlo”.
Tras las declaraciones, “Sean Spicer” se volvió tendencia en la red social Twitter y algunos usuarios comenzaron a usar la etiqueta en inglés #Icantbelievehereallysaidthat (“no puedo creer que realmente acaba de decir eso”).
“Que alguien le dé un curso de historia sobre Hitler al secretario de prensa”, tuiteó el senador demócrata Ben Cardin, usando la etiqueta.
También le aclaró que no se dice “centros del Holocausto”, sino “campos de concentración”.
“Espero que el secretario de prensa se tome un tiempo para visitar el Museo del Holocausto. Está a unas pocas cuadras”, tuiteó Chelsea Clinton, hija de los políticos Hillary y Bill Clinton.
Por su parte, el Centro Ana Frank para el Respeto Mutuo, una organización independiente estadounidense que trabaja en defensa de los derechos humanos, pidió a Trump que destituyera a Spicer por “negar el Holocausto”.
Spicer, la cara más visible del gobierno de Trump después del propio presidente, suele ser el foco de críticas e incluso de bromas por sus conferencias de prensa, donde ha perdido el temperamento y acusado a los medios de promover “noticias falsas”.
Sin embargo, la periodista de la BBC Katy Kay se pregunta si Spicer sigue teniendo “el total apoyo del presidente”: “Con el Centro Ana Frank pidiendo su inmediata destitución, el secretario de prensa está bajo presión”.