Pero este mar ha servido durante décadas como el basurero de esa región, un vertedero de basura agrícola e industrial procedente del sureste de Europa.
BBC NEWS MUNDO
La alarmante contaminación del mar Muerto, el “basurero” del sureste de Europa (y cómo se puede salvar)
En un rincón en el sureste de Europa se encuentra el mar Negro, una enorme masa de agua que une por vía marítima a seis países -Rusia, Ucrania, Turquía, Bulgaria, Rumania y Georgia- y es alimentada por los principales ríos de la región.
El problema es de tal magnitud que algunos científicos llegaron a considerar que amplias zonas del mar -hasta 40.000 kilómetros cuadrados- estaban completamente muertas.
La crisis se evidenció este verano en Ucrania, cuando las autoridades de la ciudad de Odesa advirtieron a la ciudadanía de no bañarse en las playas.
Y la contaminación va más allá de las aguas del mar, ha penetrado todo el ecosistema, según un equipo de investigadores que acompañó la BBC.
Después de, literalmente, tocar fondo, ¿se estará finalmente haciendo algo para limpiar el mar más contaminado de Europa?
A pesar de todo, hay algunas señales esperanzadoras.
- El mar en el que descansan decenas de barcos milenarios naufragados (y por qué puede tener claves sobre Diluvio universal y el Arca de Noé)
- El polémico “árbol que nada” por el Mar Negro por encargo de un millonario
El “mar verde”
En el mar Negro desembocan un importante número de grandes ríos, que vierten sus aguas después de arrastrar los desechos de los varios países que atraviesan.
Igualmente hay un sinnúmero de vías fluviales locales que también alimentan el mar Negro. Algunas de estas transportan la contaminación de los vertederos aledaños como el de Batumi, en el oeste de Georgia, un enorme basurero que se encuentra a solo 300 metros de la costa del mar.
“Ya tenemos preocupante evidencia de que la basura marina -la cantidad de desechos flotantes por kilómetro cuadrado- es casi el doble de lo que hay en el mar Mediterráneo. Y es la peor situación de todos los mares europeos”, expresó Jaroslav Slobodnik, del Proyecto Emblas Plus, que monitorea las aguas del mar Negro.
Peroson tres ríos los responsables de la mayoría de la contaminación en el mar Negro: el Dniéper, que nace en Rusia y fluye por Bielorrusia y Ucrania; el Dniéster que pasa por Moldavia y Ucrania; y el Danubio, que atraviesa 10 países europeos antes de desembocar en el mar Negro.
Al visitar el Dniéper, la BBC encontró un florecimiento de algas verdes, pero esto no significa que el río sea saludable, sino todo lo contrario.
Los fertilizantes, basados en fosfatos, y los desechos vertidos en el río causan el florecimiento de algas que privan de oxígeno al agua, matando la vida acuática.
Naturalmente, si al río se vierten fertilizantes y desechos, eso significa que la contaminación fluye hacia el mar Negro.
Este verano los noticieros de televisión locales anunciaron: “El mar Negro se ha tornado verde”. Con eso llegaron las advertencias de las autoridades de abstenerse de nadar.
“El agua no cumplía con los estándares de salubridad en casi ninguna de las playas”, explicó a la BBC Elena Varetskaya, del Laboratorio del Ministerio de Salud, en Odesa.
Sin embargo, muchos bañistas hicieron caso omiso de la advertencia y las playas estuvieron bastante concurridas.
“¡Tonterías!”, exclamó a la BBC una mujer que disfrutaba de las olas. “¿Qué contaminación, de qué habla?”
Todo el ecosistema afectado
Pero la contaminación va más allá de lo que puede verse o no a simple vista.
A bordo de una embarcación de investigación, los científicos del Proyecto Emblas Plus estudian los niveles de contaminación con tanques especiales que toman muestras de agua a diferentes profundidades con sensores diseñados para medir la temperatura, salinidad y contenido de oxígeno.
Son alarmantes las altas concentraciones de químicos que no se esperarían ver en el mar a 400 kilómetros de la costa, comentó Jaroslav Slobodnik.
“La gente dice, ‘bueno, es solo agua, está en algún lugar, no tengo nada que ver con eso’. Pero luego los encontramos (los químicos) en la biota, en peces, en moluscos que la gente está consumiendo en todos los restaurantes”.
La muestras tomadas de fondo marino contienen microplásticos que, según los investigadores, significa que este tipo de contaminación no solo está en la superficie del agua, sino que ya ha penetrado lo más profundo del ecosistema.
Hay muestras de agua que también contienen rastros de cafeína, medicamentos y drogas ilícitas.
“La mayor amenaza viene de fármacos, especialmente antibióticos. El problema es que las bacterias que ya están aquí pueden crear una resistencia a estos antibióticos, lo que es el problema más grande”, explicó Peter Oswald, del Instituto del Medio Ambiente de Eslovaquia.
Esas bacterias podrían causar entonces enfermedades que posiblemente no podrían tratarse con fármacos existentes. “Ese es un problema muy real. Hay gente que se está muriendo a causa de eso”, resaltó Oswald.
Proyecto esperanzador
El río Danubio es uno de los ríos más largos y contaminados de Europa.
Pero también es una fuente de esperanza porque, durante los últimos 20 años, el Danubio ha sido objeto de una enorme operación de limpieza que parece estar dando resultados.
La Unión Europea ha invertido miles de millones de euros en plantas de tratamiento de aguas negras a lo largo del Danubio, como la que la BBC visitó en Budapest, Hungría.
“Antes de la construcción de esta planta, casi la mitad de las aguas residuales fluían directamente en el Danubio”, afirmó Gábor Lengyel, del sistema de aguas de Budapest. “Después de 2010, entre 95% y 96% de todas las aguas negras está siendo tratada biológicamente, para enviarla limpia al Danubio”.
Nuevos y potenciales miembros de la UE han tenido que reducir la contaminación industrial y agrícola de los ríos.
Según Ivan Zavadsky, de la Convención Internacional para la Protección del Danubio, la UE instituyó un marco que vincula el cumplimiento de normas ambientales con la transferencia de dinero en apoyo a los nuevos Estados miembros. “Ese fue uno de los factores clave en la mejora de la situación en el Danubio”, declaró.
Zavadsky aseguró que en los últimos 15 años la UE ha sido testigo de ello.
Uno de los indicadores de la recuperación es la presencia de algas marinas rojas, de la familia Phyllophoraceae, que cumplen un papel fundamental en la regeneración de la vida marítima. Solían ser abundantes en el mar Negro.
Buzos en la plataforma marina noroccidental de Mar Negro han encontrado señales del retorno del alga roja.
“Parece ser que la salud del mar está retornando. Comparado a años anteriores, visualmente hay más Phyllophoraceae ahora. Pero no podemos aflojar porque todo el ecosistema del mar está seriamente dañado”, expresó Aleksandr Kurakin, del Instituto de Biología Marina de Ucrania.
¿Se ha salvado, entonces, el mar Negro?
Ivan Zavadsky responde con optimismo: “Es una historia de éxito. Lo peor ya pasó, pero debemos mantenernos atentos“.
Jaroslav Slobodnik, del Proyecto Emblas Plus, es un poco más cauteloso: “En términos muy generales, para decirlo en una frase, el mar Negro se está recuperando.”