Y no, no es Donald Trump. Es alguien incluso más rico que él: el empresario, magnate de los medios y filántropo estadounidense Michael Bloomberg.
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Elecciones en EE. UU. 2020: Michael Bloomberg, el multimillonario más rico que Trump que quiere ser el nuevo inquilino de la Casa Blanca
Es multimillonario, nieto de inmigrantes, uno de los personajes más conocidos de la escena mediática, política y económica de Nueva York, y ahora quiere "reconstruir a Estados Unidos" como presidente.
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El noveno hombre con la mayor fortuna del mundo según la revista Forbes ha sido el último en sumarse en estos días a las primarias del Partido Demócrata para elegir su candidato en las elecciones de 2020.
“Me postulo para presidente para derrotar a Donald Trump y reconstruir América. Creo que mi conjunto único de experiencias en negocios, gobierno y filantropía me permitirá ganar y liderar”, escribió el exalcalde de Nueva York en Twitter.
Según medios de Estados Unidos, tras vacilar si sumarse o no en campañas anteriores, Bloomberg decidió hacerlo ahora por su preocupación de que los candidatos demócratas con mayor apoyo hasta la fecha (Joe Biden, Elizabeth Warren y Bernie Sanders) no podrían plantar un claro desafío al ahora presidente.
“No podemos permitirnos cuatro años más de las acciones imprudentes y poco éticas del presidente Trump. Representa una amenaza existencial para nuestro país y nuestros valores. Si gana otro mandato, es posible que nunca nos recuperemos del daño”, dijo en un comunicado.
De acuerdo con Anthony Zurcher, corresponsal en Washington de la BBC, la postulación de Bloomberg supone un parteaguas en la campaña demócrata, marcada hasta ahora por candidatos que han basado gran parte de su discurso en el debate sobre la desigualdad de la riqueza en EE.UU.
Cuando a inicios de noviembre empezó a hablarse en los medios de que Bloomberg podía presentarse a la carrera demócrata, Trump aseguró que “no había nadie más a quien preferiría enfrentarse que al pequeño Michael”.
El mismo día, Bloomberg presentó sus documentos para las elecciones primarias demócratas por Alabama.
Su campaña ya ha reservado más de US$30 millones en tiempo de anuncios en televisión, lo que medios estadounidenses consideran la compra de publicidad política más grande en la historia de las elecciones primarias en ese país.
Anunció, además, que se pagará su campaña con su dinero, algo que ya prometió Trump al principio de su campaña en las primarias republicanas (y no cumplió)
Pero ¿quién este ultrarico que planta cara ahora a Trump bajo el lema “reconstruir Estados Unidos” y que podría convertir el duelo de las elecciones de 2020 también en una competencia de multimillonarios?
¿Quién es Bloomberg?
Nacido en 1942, en Boston, Massachusetts, Bloomberg creció en el seno de una familia judía, cuyos ancestros provenían de lo que actualmente es Bielorrusia.
Cursó estudios de ingeniería eléctrica en la Universidad Johns Hopkins para luego pasarse a Harvard a hacer una maestría en administración de empresas que marcaría el resto de su vida y su fortuna.
Tras graduarse, comenzó sus negocios como banquero de Wall Street: se unió a la firma Salomon Brothers, donde se encargaba del comercio de acciones y, después, del desarrollo de sistemas.
Sin embargo, en 1981, el banco fue comprado y Bloomberg fue despedido, según han contado sus biógrafos, sin ningún tipo de compensación.
Tenía, no obstante, un patrimonio de US$10 millones como socio de la empresa, que utilizó para crear Innovative Market Systems, la compañía que lo lanzaría indeteniblemente al selecto club de los hombres más ricos del mundo.
Según ha contado en diversas entrevistas, al trabajar en Wall Street se dio cuenta que la comunidad financiera estaba dispuesta a pagar por información comercial de alta calidad, entregada lo más rápido posible y en la mayor cantidad de formas pensables (gráficos, datos, ejemplos…).
Y puso manos a la obra.
Poco menos de año después, el sistema ya tenía entre sus clientes a Merrill Lynch y para finales de la década, era utilizado por la mayoría de los servicios financieros de Estados Unidos.
“Wall Street como la conocemos hoy no existiría sin sus innovaciones“, señala un análisis de CNN Business en el que se destaca la visión de Bloomberg para entender que el futuro de la banca pasaría por la tecnología y las comunicaciones.
En 1987, la compañía pasó a llamarse Bloomberg L.P. y muy pronto lanzó productos auxiliares como Bloomberg Message y Bloomberg Tradebook, herramientas que iban desde reportes financieros hasta servicios de mensajería para bancos.
Pero muy pronto, comenzó a utilizar sus ganancias para crear uno de los mayores servicios de noticias financieras del mundo, Bloomberg News, a lo que acompañó con una red de radios y un servicio de información televisiva por cable.
De acuerdo con la revista Forbes, su patrimonio neto en 2019 ascendía a más de US$54.000 millones, lo que lo convierte en la novena persona más rica del orbe.
Para que se tenga una idea, esa cantidad no solo eclipsa por mucho el valor del imperio inmobiliario de Trump, sino también deja atrás las fortunas combinadas de otros magnates de medios como Rupert Murdoch, Ted Turner y Sumner Redstone, según Forbes.
Pero a diferencia del actual inquilino de la Casa Blanca, Bloomberg no es un novato en política: su fortuna lo llevó también a jugar con el poder como alcalde de Nueva York (2002-2013) y ha tentado desde hace más de una década la posibilidad de lanzarse al puesto más importante de Estados Unidos.
Camino a la política
Bloomberg dio el paso a la política en un año y en lugar decisivos para EE.UU.: 2001 y Nueva York.
Fue entonces cuando también comenzó a mostrar un lado que muchos de sus críticos le han señalado a lo largo de los años: su ambivalencia política a conveniencia.
Y es que el magnate, miembro de toda la vida del Partido Demócrata, decidió postularse a la alcaldía de Nueva York por el Partido Republicano.
Sucedería entonces a otro republicano: Rudy Guiliani, el actual abogado de Donald Trump que ha salido a la palestra en los últimos tiempos por sus supuestos contactos con Ucrania para afectar la campaña de Biden.
La votación para la alcaldía de Nueva York, casualmente, comenzó en la mañana del 11 de septiembre de 2001, aunque las primarias debieron posponerse tras los atentados a las Torres Gemelas.
Bloomberg no solo se convertiría un año después en el alcalde de la ciudad más poblada del país, sino que fue reelecto en otras dos ocasiones, lo que generó varias críticas por extender el periodo de mandato para ese cargo.
Pero pese a la oposición de varias organizaciones civiles, se mantuvo en el puesto hasta 2013, no sin antes abandonar el Partido Republicano y presentarse como independiente.
Aunque durante su gestión, el nivel de vida en Nueva York mejoró y la criminalidad descendió Bloomberg fue señalado por implementar un excesivo control policial en la ciudad.
Y es que promovió un programa conocido como “parar, preguntar y registrar” que permitía detener temporalmente, interrogar y, a veces, buscar a civiles en la calle en busca de armas y otro contrabando.
Esta política acabó golpeando a los afro-estadounidenses.
De un lado a otro
En lo político, Bloomberg apoya temas controvertidos como el derecho al aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y aboga por medidas más estrictas para el control de armas.
También siempre se ha posicionado por fortalecer las normas medioambientales, combatir el cambio climático y promueve un camino hacia la ciudadanía para inmigrantes que están en el país de forma irregular, pero se ha opuesto a un sistema de salud regulado por el gobierno o la legalización de la marihuana.
Según medios estadounidenses, en lo económico y político sus visiones suelen ser más conservadoras, a la vez que defiende la participación del gobierno en temas como el bienestar público o promueve el libre comercio y los negocios.
Su postulación ahora generó malestar entre algunos candidatos demócratas, como los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders, que consideraron que se trataba de otro multimillonario que buscaba usar su fortuna para ganar votos o para hacer negocio desde la Oficina Oval.
“Me disgusta la idea de que Michael Bloomberg o cualquier multimillonario piense que pueden eludir el proceso político y gastar decenas de millones de dólares para comprar elecciones”, tuiteó Sanders.
Y es que el magnate, al patrocinar su campaña con su propio dinero, no tendrá que presentarse en los debates presidenciales demócratas, que requieren que los candidatos reciban al menos 10.000 donaciones individuales para poder ser parte de ellos.
“Si no puede generar apoyo de base para su candidatura, no tiene por qué postularse para presidente”, opinó Sanders.
De acuerdo con Zurcher, se trata de una jugada arriesgada que solo alguien de la vasta riqueza de Bloomberg puede permitirse hacer.
“Aun así, se necesita una fe para imaginar que los demócratas en estos días están listos para dar paso a un plutócrata exrepublicano con un historial favorable para los negocios, fiscalmente conservador y opuesto a la salud administrada por el gobierno y con un pasado de medidas policiales agresivas”, considera.
“Sin embargo, su entrada le proporcionará un medio para empujar al centro una fiesta que él ve en una deriva peligrosa hacia la izquierda”, agrega.