Las grietas observadas en la plataforma de hielo flotante conocida con el nombre de Brunt no dejan lugar a dudas.
BBC NEWS MUNDO
El gigantesco iceberg que se está desprendiendo (y no es por el calentamiento global)
Cuenta atrás para el nacimiento de un nuevo iceberg gigante en la Antártica.
No falta mucho para que de esa masa de hielo se desprenda hacia el mar de Weddell un iceberg con un área el doble de grande que la ciudad de Nueva York.
La fisura en la plataforma de hielo está cerca de la base de investigación británica Halley, que en 2017 tuvo que trasladarse para alejarse del peligro que comportaba.
No se sabe con exactitud cuándo tendrá lugar la separación, pero parece inminente.
Es por eso que la Prospección Antártica Británica (BAS, por sus siglas en inglés) decidió retirar a su personal de la estación de Halley como medida de precaución.
La influencia del cambio climático
Tan pronto como se produzca el desprendimiento, una de las primeras preguntas que nos haremos es: ¿qué influencia tuvo el cambio climático en la creación del iceberg?
Y un equipo de la Universidad de Northumbria que siguió el caso de cerca afirma que podrá responder con confianza: “ninguna”.
Los científicos Jan De Rydt y Hilmar Gudmundsson pasaron años estudiando la zona y aseguran que el suceso se deberá únicamente a procesos naturales.
Estos dos expertos construyeron un modelo para describir el comportamiento de la plataforma de hielo Brunt.
Esta plataforma se trata esencialmente de una amalgama de hielo glaciar que fluyó de la tierra y entró al mar a una velocidad de unos 400 metros por año.
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Mediante datos satelitales y de superficie, el modelo del equipo revela cómo se distribuye la tensión en la plataforma, de entre 150 y 250 metros de espesor.
Y predice con precisión dónde es probable que se desarrollen las grietas y el camino que tomarán.
“El trabajo muestra que la fisura comenzó a crecer debido a las tensiones, que se acumularon debido al crecimiento natural de la plataforma de hielo. La plataforma de hielo en sí creó esta fisura“, asegura el profesor Gudmundsson.
La plataforma de hielo Brunt nunca estuvo tan adelantada. Desde que el famoso explorador Ernest Shackleton la inspeccionase en 1915, el borde de la plataforma no dejó de avanzar.
Así, el resquebrajamiento del iceberg parece cercano.
“No hay datos oceanográficos o atmosféricos que indiquen que el clima esté cambiando en el área de Brunt”, aseguró De Rydt a la BBC.
“Nuestras observaciones oceánicas son limitadas, pero los datos de los que disponemos no indican nada inusual. Además, nuestro modelo muestra que lo que estamos viendo puede explicarse perfectamente por cambios naturales en la geometría de la plataforma de hielo”, añadió.
Los científicos de Northumbria trabajaban anteriormente en la Prospección Antártica Británica, y fue su análisis lo que sustentó la decisión de trasladar la estación de Halley y la elección de dónde colocarla: 23 km arriba de la fisura.
Si no se hubiera trasladado, la base estaría ahora en una posición muy precaria.
Las posibles consecuencias
Hay cierta incertidumbre sobre cómo reaccionará exactamente la plataforma ante el gran desprendimiento, y la Prospección Antártica Británica quiere evitar tener que montar misiones de rescate en la oscuridad de un invierno polar, lo que sería extremadamente peligroso.
Es por eso que ordenó el cierre de la base en el período de marzo a noviembre.
Sin nadie sobre el terreno, la notificación de cualquier ruptura deberá provenir de la instrumentación in situ.
Los satélites Sentinel-1 de la Unión Europea sobrevuelan la zona cada pocos días y sus precisas mediciones pueden discernir no solo la propagación de las fisuras sino también la sutil deformación en el hielo a medida que se mueve.
Si bien el modelo científico es capaz de pronosticar cómo se comportarán las grietas de la plataforma de hielo Brunt, lo que no puede hacer es predecir la fecha exacta de un desprendimiento.
A la fisura que conforma el posible iceberg de 1.500 kilómetros cuadrados le quedan unos 3-4 kilómetros antes de cortar por completo la plataforma Brunt.
A falta de este último tramo, el iceberg podría ser una realidad mañana o podría tardar meses en desprenderse.
“La extrapolación puede ser la forma más sencilla de calcularlo”, explica el profesor Gudmundsson.
Y añade: “La fisura estuvo creciendo a aproximadamente 1-2 kilómetros por año, y no constatamos ninguna desaceleración en el invierno. Ya casi terminó, pero yo diría que el nuevo iceberg nacerá dentro de un año”.