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Cuatro preguntas sin contestar a una semana de la tragedia aérea del Chapecoense en Colombia

A pasado una semana desde que el vuelo CP-2933 de la aerolínea Lamia se estrellara en Colombia con 77 personas a bordo, entre ellas los jugadores del equipo brasileño de fútbol Chapecoense, y muchas preguntas siguen en el aire.

El avión se estrelló el lunes último en la noche en una zona montañosa de difícil acceso en el Cerro Gordo, en el departamento de Antioquia, cuando estaba próximo a aterrizar en el aeropuerto José María Córdova de Medellín, dejando 71 muertos.

Y de momento, la Aeronáutica Civil de Colombia ya confirmó un dato clave: la aeronave no tenía combustible en el momento del impacto.

Por ello, la autoridad aeronáutica de Bolivia ha suspendido el certificado y permiso de operación a Lamia.

Y el gobierno boliviano apartó del cargo a los directores de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA) para iniciar una investigación interna.

El miércoles los fiscales de Bolivia, Brasil y Colombia – los países involucrados en el accidente- se reunirán en Santa Cruz de la Sierra, ciudad boliviana desde la que partió el avión, para analizar los mecanismos, procedimientos y controles que se aplican en aeronáutica civil en sus territorios y para establecer qué investigará cada quién.

Éstas son cuatro de las dudas que las investigaciones deberán aclarar sobre la tragedia que el lunes de la semana pasada dejó 71 muertos:

1. ¿Por qué se autorizó hacer la ruta al avión si se habían detectado errores en el plan de vuelo?

Con el objetivo de que se responda a esa pregunta, la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana) de Bolivia presentó una denuncia penal contra la funcionaria que revisó y autorizó el plan de vuelo de Lamia, Celia Castedo.

La demanda la interpuso después de que el medio boliviano El Deber hiciera público el viernes que Castedo había detectado errores en la documentación presentada por la aerolínea para el trayecto previsto entre el aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz, y el aeropuerto José María Córdova de Medellín.

En el informe de la funcionaria se puede ver que hizo cinco observaciones al plan de vuelo, entre ellas que la autonomía no era la adecuada y que le faltaba un plan alternativo de aterrizaje en caso de emergencia.

Según señaló Castedo- quien tiene más de 20 años de experiencia en aeronavegación-, la aeronave tenía combustible para volar por 4 horas y 22 minutos, el tiempo justo para realizar el trayecto previsto. Pero no contaba con el combustible necesario para seguir volando otros 30 minutos en caso de emergencia, ni el 5% más que se le exigía por ser un vuelo internacional.

Además, Castedo recogió en el informe la conversación que tuvo con Álex Quispe, el representante de Lamia que entregó el plan de vuelo y que después moriría en el accidente junto a otros seis tripulantes.

En respuesta a sus objeciones, Quispe le dijo que el capitán del vuelo, Miguel Quiroga- quien también era uno de los dueños de la aerolínea y falleció también en el accidente-, le había dado esa información y que les alcanzaría el tiempo para realizar el trayecto.

La operadora de Aasana incluso incluyó en su informe la respuesta textual de Quispe a sus observaciones: “No señora Celia, esa autonomía me han pasado. Nos alcanza bien. Así nomás lo presento. Lo hacemos en menos tiempo, no se preocupe. Es así nomás, tranquila. Eso está bien. Ahí nomás déjemelo”.

Ahora queda por aclarar por qué, a pesar de sus objeciones y esa respuesta, Castedo permitió salir del aerpuerto de Viru Viru al vuelo CP-2933 de Lamia.

Los delitos por los que la autoridades de Aasana piden que se investigue a la funcionaria son incumplimiento de deberes y atentado contra la seguridad de los transportes.

La demanda aún no ha sido analizada y tampoco se ha dispuesto qué fiscalía se encargará de ello, informó el fiscal de Distrito de Santa Cruz, Gomer Padila.

Pero si finalmente se acepta a trámite, Castedo podría enfrentar una pena de prisión de entre 1 y 4 años.

2. ¿Por qué se le dio permiso a Lamia, una aerolínea con un solo avión operativo, para funcionar en Bolivia?

Luego del accidente del lunes pasado, la pequeña aerolínea Lamia (Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación) está en el ojo del huracán.

El ministro de Obras Públicas de Bolivia -quien ostenta las competencias del transporte aéreo-, Milton Claros, informó el domingo que el gobierno presentó una querella contra la empresa, dueña del avión que se estrelló la semana pasada en Colombia.

En una entrevista con la cadena nacional Patria Nueva, el ministro señaló que han encontrado “indicios de posibles incumplimientos de deberes, incumplimiento de control interno, posiblemente, uso indebido de influencias y omisión de denuncia”.

Las sospechas sobre si hubo tráfico de influencias se basan en la relación de parentesco entre un exdirector de la Dirección General de la Aeronáutica Civil (DGAC) y el director general de Lamia, Gustavo Vargas Villegas y Gustavo Vargas Gamboa, hijo y padre, respectivamente, según la agencia EFE.

Vargas Villegas, retirado de su cargo, ejercía como director del registro aeronáutico nacional de la DGAC y, por tanto, era responsable de otorgar licencias de vuelo a las empresas.

“Llama la atención la relación entre servidores públicos y la empresa”, señaló el ministro.

Éste es el último de los señalamientos que se hace a la aerolínea, cuyo plan de vuelo para el avión accidentado también está en el punto de mira.

La empresa también ha sido criticada por tener un solo avión operativo- tenía otros dos en mantenimiento permanente-, el mismo que se estrelló, un Avro-RJ85 que antes de adquirirlo había estado tres años estacionado en un hangar del aeropuerto de Norwich, Inglaterra.

Antes de empezar a operar en Bolivia hace dos años, Lamia solía funcionar en el estado de Mérida, en el noroeste de Venezuela.

El propio gobernador de Mérida, Marcos Díaz Orellana, lo anunció en agosto del 2010 como un negocio al que se le inyectarían US$170 millones, generaría 717 empleos y para el que, por medio de un convenio con el gobierno chino, se adquirían 12 modernos aviones.

El diputado opositor por el estado Trujillo, Joaquín Aguilar, ha asegurado a los medios que la aerolínea operaba “de manera informal” en Venezuela y que “no estaba registrada” en el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) de ese país.

3. ¿Tuvo que ver en la tragedia que el piloto también fuera dueño de la aerolínea?

Miguel Alejandro Quiroga Murakami era el piloto boliviano del vuelo CP-2933 de la aerolínea Lamia que se estrelló en Colombia el lunes por la noche.

Pero también era uno de sus dueños, junto a su socio y colega Marco Rocha Venegas.

Y esa doble condición se ha mencionado como clave del fatídico desenlace.

Quiroga, al ver que el aparato ya no tenía combustible, optó por no declarar inicialmente el estado de emergencia y solicitó solo la prioridad.

“Es muy doloroso que no haya declarado emergencia por problemas personales que tuviera que afrontar después”, manifestó por ejemplo Alfredo Bocanegra, el director de Aeronáutica Civil de Colombia.

Una de las teorías es que Quiroga podría haber temido sanciones económicas y hasta una potencial inhabilitación.

De acuerdo a ésta, para cuando el CP-2933 pasó por el centro de Colombia ya venía con el nivel de combustible por debajo del mínimo permitido, algo por lo que habría tenido que pagar una multa de haber aterrizado, por ejemplo, en Bogotá.

4. ¿Recomendó la Conmebol al Chapecoense que volara en Lamia?


Según Marco Rocha Venegas, dueño de la aerolínea junto al también piloto Miguel Quiroga, Lamia se había especializado desde hace algunos meses en vuelos comerciales con equipos deportivos.

Pero en la búsqueda de responsables de la tragedia también ha salido a relucir el nombre de la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol).

Todo por unas declaraciones del reconocido piloto argentino Jorge Polanco, quien asegró: “La Conmebol tenía connivencia con Lamia. Cotizaban más barato a los clubes. Era un negocio. La Conmebol la recomienda, se las sugiere a los clubes”.

El jueves el Chapecoense negó cualquier tipo de presión por parte de la Conmebol en la contratación de la aerolínea boliviana y afirmó que fue elegida por criterios técnicos.

“Que quede claro, la contratación se produjo por criterios técnicos, porque Lamia reunía todos los requisitos que el Chapecoense buscaba para sus viajes internacionales”, dijo el director de comunicación del club, Andrei Copetti, en una conferencia de prensa en el estadio Arena Condá.

Copetti comentó que uno de los criterios fue “la calidad de la aeronave”, que ya había sido usada “por la familia real británica”.

“Es un avión con todas las condiciones para hacer viajes de media distancia, con todas las condiciones de seguridad necesarias”, agregó.

Tampoco se hizo esperar la reacción de la Conmebol.

“Entre las actividades de organización logística que la Confederación gestiona para realizar los torneos no está incluida la coordinación de ningún tipo de transporte, así como tampoco la recomendación de proveedores de ningún tipo”, aclaró la entidad a través de un comunicado, algo que Lamia confirmó.

“La Conmebol no tiene nada que ver con los vuelos de los clubes”, afirmó el jefe de prensa de la aerolínea, Miguel Ortiz.

La aeronave, por ejemplo, trasladó a la selección argentina hace tres semanas hacia y desde Belo Horizonte.

Además, mantenía un contrato con el club brasileño y también había firmado uno con el Atlético Nacional, el equipo colombiano que debía enfrentarse con el Chapecoense de no haber ocurrido el accidente.

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