El cambio climático es un problema de escala planetaria en el que todos tenemos algo de responsabilidad.
BBC NEWS MUNDO
COP26: “Es muy fácil culpar a los individuos en vez de a los gobiernos y las corporaciones por el cambio climático”
Según Morten Fibieger Byskov, investigador en Política Internacional, se ha impuesto la narrativa de que la lucha contra el cambio climático depende de esfuerzos individuales.
Pero ¿hay algunos más responsables que otros?, ¿quién debe hacer mayores esfuerzos para combatir el deterioro del planeta?
Morten Fibieger Byskov, investigador posdoctoral en Política Internacional de la Universidad de Warwick, en Reino Unido, cree que la narrativa para combatir el cambio climático está enfocada de manera desproporcionada en los individuos, quitándoles carga de responsabilidad a los gobiernos y las corporaciones.
El investigador se refiere a la cantidad de mensajes y campañas como las que les piden a los ciudadanos que utilicen menos sus autos, que disminuyan sus viajes en avión, que coman menos carne y que ahorren agua. Pero al mismo tiempo se pregunta si los grandes poderes están haciendo su parte.
En opinión de Byskov, la lógica capitalista ha impuesto la narrativa de que la lucha contra el cambio climático depende en gran parte de esfuerzos individuales, en vez de centrarse en que quienes tienen el poder lideren las acciones que son necesarias para corregir el rumbo.
Byskov estudia los asuntos éticos relacionados con el clima y el desarrollo, y cómo la inequidad socioeconómica y la exclusión generan que muchas personas sean más vulnerables ante el cambio climático.
Además, investiga cómo se pueden lograr una adaptación más justa y equitativa al cambio climático.
En esta entrevista, Byskov habla de los riesgos de enfocar la narrativa en contra del cambio climático en los individuos, las razones que impiden que muchas personas puedan llevar un estilo de vida sostenible, y cómo, según él, se podrían impulsar los grandes cambios necesarios para salvar al planeta.
Usted critica que la responsabilidad sobre el cambio climático se enfoque demasiado en las personas, y no tanto en los gobiernos y las corporaciones, ¿a qué se refiere?
El mensaje sobre quién es culpable o quién debe ser el responsable de actuar frente al cambio climático debe estar dirigido a todo aquel que tenga la posibilidad de hacer cambios para reducir las emisiones, ya sea individuos, compañías o gobiernos.
Pero, al mismo tiempo, debemos reconocer que enfrentar el cambio climático necesita ser un esfuerzo concertado y coordinado, debe ser algo más que la suma de las acciones individuales.
Los gobiernos tienen un rol especial en dirigir las acciones en favor del clima, porque los gobiernos son los que tienen el poder de promulgar las políticas necesarias para reducir las emisiones globales.
Esto puede incluir regulaciones a la industria, pero también políticas dirigidas a estimular opciones sostenibles por parte de los consumidores.
Creo que es muy importante anotar que el tipo de políticas que necesitan implementar los gobiernos no son necesariamente obligaciones. No necesitamos decirle a la gente que tiene que hacer esto o lo otro, pero sí podemos llevarlos a que vivan de manera sostenible dándoles incentivos, o desestimulando ciertas acciones.
Por ejemplo, los gobiernos pueden incentivar el transporte en tren, construyendo mejores redes de conexión y subsidiando los boletos. Y a la inversa, pueden desestimular los viajes aéreos que producen grandes emisiones por medio de impuestos a los pasajes aéreos.
Entonces, no digo que las personas del común no tengan culpa, sino que debe haber algo más allá, y ahí es donde los gobiernos deben ponerse al frente con regulaciones.
Los gobiernos son los que, a través de las elecciones, reciben el mandato para establecer estas políticas.
¿Cree que hay una manipulación de la narrativa para que esté enfocada en las personas?
No sé si hay un esfuerzo consciente de parte de las compañías, pero claro que la hay.
Vivimos en un sistema capitalista que ha creado esta narrativa del consumidor como el responsable último de los cambios, o de que las cosas ocurran.
Es toda esta idea de que una mano invisible corregirá el rumbo una vez los consumidores se den cuenta de que necesitamos vivir de manera sostenible.
Según esa idea, cuando eso ocurra los consumidores cambiarán sus hábitos de consumo, y por ende cambiará también la forma en la que las compañías producen sus bienes y servicios, y así sucesivamente.
Pienso, sin embargo, que también es evidente que los individuos no necesariamente tiran en una misma dirección.
Tienes personas que hacen grandes sacrificios, otros que hacen pequeños cambios en su estilo de vida, y otros a los que, por x o y razón, simplemente no les importa.
Hay varias razones por las cuales las personas no logran vivir de manera sostenible ni actuar en la misma dirección.
Puede ser debido a la desinformación acerca del cambio climático.
También puede ser debido al interés individual, o a la sensación de ser impotente o sentir que es poco lo que puede hacer para lograr un cambio.
Además, está el hecho de estar atrapado en un sistema donde vivir de manera sostenible implica grandes sacrificios al estatus socioeconómico de alguien.
Entonces, no creo que haya una única razón que explique por qué, como consumidores, no vamos en una misma dirección.
Creo que es una falla del capitalismo, que enmarca el problema del cambio climático como una responsabilidad de consumidores individuales, y que en últimas es causado por esos consumidores.
Creo que es muy fácil culpar a los individuos en vez de a los gobiernos y las corporaciones, porque es mucho más cómodo pedirle a un individuo que cambie su estilo de vida que hacer cambios difíciles a nuestro sistema y nuestras instituciones.
Entonces, si la mayor responsabilidad recae sobre el sistema, ¿cada quien no puede más que preocuparse por su propio comportamiento?
En lo que debemos fijarnos es en cuáles son las oportunidades reales que una persona tiene para vivir de manera sostenible.
En algunos lugares, por ejemplo, existen los llamados “desiertos de comida”, donde la gente no tiene acceso a comida sostenible. Para ellos, no existe una posibilidad real de elegir opciones de comida sostenible.
Necesitamos pensar en las capacidades de cada individuo, y esas capacidades no dependen de la persona.
En ese sentido, son víctimas de la falta de opciones, y eso es algo que está más allá de su control.
Para ofrecer opciones realmente sostenibles debemos ir más allá de los individuos.
Si los gobiernos y las corporaciones están comprometidos con combatir el cambio climático, entonces deben ofrecer esas opciones sostenibles.
Lo mismo ocurre con quienes viven en áreas muy frías o muy calientes. Ellos generan más emisiones porque deben calentar o enfriar sus casas.
¿Qué pasa si ellos no tienen acceso a fuentes alternativas de energía? Necesitamos que esas fuentes alternativas de energía estén disponibles.
Entonces, hay responsabilidad a nivel individual, cada quien es responsable por lo que hace, pero como individuo también puedes actuar de manera concertada con otras personas para presionar a que los gobiernos y las corporaciones hagan estos cambios.
Por su parte, también debe ser iniciativa de las corporaciones y los gobiernos hacer esos cambios.
En la lógica capitalista, un argumento de las corporaciones puede ser que ellas simplemente ofrecen sus productos o servicios que pueden afectar el medio ambiente, pero son las personas las que libremente eligen comprarlos. ¿Qué opina de ese razonamiento?
Creo que es una narrativa falsa, es una narrativa creada por estas mismas corporaciones a través de la publicidad.
También está la idea de los gobiernos neoliberales, especialmente en Estados Unidos, donde se espera que la gente pobre salga adelante por sus propios medios y genere su propio éxito en la vida.
Es esa idea de que los individuos son responsables de su propio éxito, pero también de que, como consumidores, son los generadores de cambio.
Yo creo que esa narrativa deja de lado el problema estructural, porque solo mira a los individuos.
Es una narrativa creada por corporaciones que, por supuesto, tienen su propio interés en evadir algunas responsabilidades.
Lo cierto es que mientras seguimos discutiendo quién es el responsable del cambio climático, el planeta se sigue calentando…
Sí, de hecho en mis más recientes investigaciones he pasado del concepto de “mitigación del cambio climático” al de “adaptación al cambio climático”.
Los últimos diez años nos han mostrado que es poco probable que logremos los cambios necesarios para mitigar el cambio climático.
En 2013 tuvimos el primer reporte del IPCC que decía que teníamos un par de décadas antes de alcanzar un aumento de 1,5 °C. La gente vio esa advertencia, dijo “¡guau!” y luego se olvidó del asunto.
En 2018 tuvimos un segundo reporte, y todo el mundo dijo “guau, miren esto”, y un par de semanas después cada cual volvió a lo suyo.
Ahora en agosto tuvimos un nuevo reporte, y vimos a Joe Biden que decía: “miren esto, necesitamos cambiar”.
Pero fíjate, él es el hombre más poderoso del mundo, es él quien debe hacer estos cambios.
No puede salir diciendo “estoy sorprendido por esto”, él era vicepresidente cuando todo esto estaba ocurriendo, él debería saberlo.
¿Por qué sale ahora a decir que está sorprendido? No lo entiendo.
¿Cuáles son las consecuencias de enfocar la narrativa en los individuos?
Creo que hay un lado positivo y uno negativo de enfocarse en el rol de los individuos respecto al cambio climático.
Del lado positivo, creo que es necesario educar al público acerca de los peligros del cambio climático, acerca de qué está ocurriendo y cómo los pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia.
Creo que las personas pueden ser agentes de cambios políticos, y es responsabilidad de las personas elegir líderes que estén comprometidos con un futuro sostenible.
Este, sin embargo, es un proceso lento, así que en la parte negativa, enfocar la responsabilidad en los consumidores individuales pasa por alto el panorama general, lo cual significa que puede que las acciones en favor del clima sean menos coordinados de lo que se necesita.
Otro riesgo es que culpar a los individuos puede causar problemas de salud. Hemos escuchado hablar de “depresión climática”, o “ansiedad climática”.
Necesitamos ayudar a las personas a hacer los cambios.
Otro riesgo es que se generen nuevas formas de inequidad con las personas que no tienen la opción de vivir de manera sostenible, no podemos castigar a las personas que no tienen esas opciones.
También está el aspecto de las emisiones. Hay personas que tienen la capacidad de pagar compensaciones por elegir opciones que producen muchas emisiones.
Por ejemplo, tomar un vuelo para una oportunidad laboral quizás no sea una opción para alguien que no esté en capacidad de pagar una compensación.
Entonces, en términos de inequidad, si tienes los recursos para compensar las emisiones que produce un vuelo, entonces también puedes disfrutar los beneficios que vienen asociados a ese estilo de vida.
Si se hace énfasis en que la mayor responsabilidad es de los gobiernos y las corporaciones, ¿no se corre el riesgo de que las personas usen eso como excusa para no hacer su parte?
He escuchado ese argumento antes, pero yo no estoy diciendo que debemos liberar a las personas de toda responsabilidad.
Las personas pueden votar por políticos comprometidos con la sostenibilidad y revisar sus propios estilos de vida.
Ser activista no es una posibilidad para todos, pero sí puedes hablar con las personas que son escépticas del cambio climático y tratar de convencerlas. Decirles, “mira, esto es lo que está en juego, mira cuántas personas ya están sufriendo por el cambio climático”.
Las personas pueden hacer muchas cosas, pero no pueden hacerlo todo por sí mismas.
Lo que digo es que si creamos oportunidades para que puedan vivir de manera sostenible, no habrá más excusas para no actuar.
¿Y cómo se puede impulsar ese cambio?
Creo que realmente es necesario comenzar con que los gobiernos den un paso adelante, especialmente los países ricos deben ser enfáticos y decir: “Mira, esto es cosa nuestra. Necesitamos asumir nuestra carga. Nosotros tenemos más responsabilidad en esto. No solo estamos brindando ayuda. No solo estamos haciendo algo por el bien de todos. Tenemos una responsabilidad, somos los que hemos estado liderando las emisiones durante los últimos 200 años, somos aquellos cuyas acciones han estado impulsando el cambio climático. Tenemos que hacer los cambios”.
En general hay un consenso de que aquellos países que contaminan más y que se han beneficiado de la industrialización que genera emisiones son los que deben tener mayor responsabilidad.
Esto pone la carga sobre los gobiernos, las corporaciones y los ciudadanos de los países más ricos, donde las investigaciones han mostrado que las emisiones promedio de un hogar son más altas.
Esto también lleva a que los países de ingresos medios y bajos se liberen un poco de la carga, ya que serían menos responsables de reducir sus emisiones, porque tienen menos capacidad de hacerlo sin comprometer los estándares de vida de sus ciudadanos, y porque no se han beneficiado de la industrialización histórica.
De hecho, a menudo son víctimas de políticas extractivistas colonialistas, que los han dejado con poca capacidad de enfrentar los riesgos y en situación de vulnerabilidad ante el cambio climático.
Entonces debe ser iniciativa de los países ricos, ahí es donde debe recaer la responsabilidad.
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