La BBC escuchó el testimonio de varios aldeanos que dijeron que los golpearon con palos y cables, y que les aplicaron descargas eléctricas.
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Conflicto en Cachemira: “No nos golpeen, solo disparen”, las duras acusaciones de represión contra el ejército de India
Las fuerzas de seguridad en Cachemira, bajo el mando de India, han sido acusadas de golpizas y torturas a raíz de la decisión del gobierno de Nueva Delhi de despojar a la región de su autonomía.
Un personal de seguridad hace guardia en una calle de Srinagar el 28 de agosto de 2019. El valle del Himalaya está bajo un estricto bloqueo, con movimientos restringidos y con servicios de telefonía e Internet cortados desde el 5 de agosto. Foto:Getty Images
En varias aldeas, los residentes me mostraron sus heridas. Pero la BBC no pudo verificar las acusaciones con funcionarios.
Por su parte, el ejército indio ha calificado estas acusaciones de “infundadas“ y “no confirmadas”.
Restricciones sin precedentes han situado a Cachemira en un estado de bloqueo durante más de tres semanas. La información solo se filtró a partir del 5 de agosto, día en que se revocó el artículo 370 de la Constitución india, que otorga a la región un estatus especial.
Se han desplegado decenas de miles de tropas adicionales en la región y se informó de que unas 3.000 personas, incluidos líderes políticos, empresarios y activistas, han sido detenidas. Muchas de estas personas han sido trasladadas a cárceles fuera del estado.
¿Qué está pasando en Cachemira?
• India y Pakistán se han estado disputando Cachemira, en el Himalaya, desde que ambos países se independizaron de Reino Unido en 1947 y actualmente cada país controla una parte del territorio
• El lado controlado por los indios -el estado de Jammu y Cachemira-, hasta hace poco tenía autonomía parcial en virtud del artículo 370 de la Constitución india.
• El 5 de agosto, sin embargo, el gobierno de Delhi revocó el artículo 370. El Primer Ministro Narendra Modi y su gobernante partido Bharatiya Janata, argumentaron que Cachemira debería tener el mismo estatus que el resto del país.
• Desde entonces, la parte controlada por los indios ha estado bloqueada, aunque ha habido grandes protestas que se han vuelto violentas. Pakistán ha reaccionado furiosamente y ha pedido a la comunidad internacional que intervenga.
Las autoridades aseguraron que estas acciones son preventivas y están diseñadas para mantener la ley y el orden en la región, que incluye el único estado de mayoría musulmana de India, pero que ahora está siendo dividida en dos territorios administrados por el gobierno federal.
El ejército indio ha luchado contra la insurgencia separatista durante más de tres décadas.
India culpa a Pakistán de fomentar la violencia en la región al apoyar a combatientes, algo que el país vecino niega.
Muchas personas en toda India han acogido con satisfacción la revocación del artículo 370 y han elogiado al primer ministro Narendra Modi por tomar una “audaz” decisión. La medida también ha sido ampliamente apoyada por los principales medios de comunicación.
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Visité al menos media docena de aldeas en los distritos del sur. Escuché relatos similares de varias personas en todas esas aldeas sobre redadas nocturnas, palizas y torturas.
Los médicos y los funcionarios de salud no están dispuestos a hablar con los periodistas acerca de ningún paciente, independientemente de las dolencias, pero los aldeanos me mostraron lesiones presuntamente infligidas por las fuerzas de seguridad.
En una aldea, los residentes aseguraron que el ejército fue de casa en casa pocas horas después de que India anunciara la controvertida decisión que anuló un acuerdo de décadas entre Delhi y Cachemira.
Dos hermanos afirmaron que los despertaron y los llevaron a un área exterior donde habían reunido a casi una docena de hombres de la aldea. Como todas las personas que conocimos, estos hermanos optaron por no revelar sus identidades pues tenían demasiado miedo a las represalias.
“Nos golpearon. Les preguntábamos: ‘¿Qué hemos hecho? ¿Puedes preguntarle a los aldeanos si estamos mintiendo, si hemos hecho algo mal?’. Pero no querían escuchar nada, no dijeron nada, simplemente nos golpearon “, dijo uno de ellos.
“Golpearon cada parte de mi cuerpo. Nos patearon, nos golpearon con palos, nos dieron descargas eléctricas, nos golpearon con cables. Nos golpearon en la parte posterior de las piernas. Cuando nos desmayamos, nos dieron descargas eléctricas para levantarnos. Cuando nos golpearon con palos y gritamos, nos sellaron la boca con barro“.
“Les dijimos que somos inocentes. Les preguntamos por qué estaban haciendo esto. Pero no nos escucharon. Les dije que no nos golpearan, que solo nos dispararan. Le pedí a Dios que me llevara porque la tortura era insoportable”.
Otro aldeano, un hombre joven, afirmó que las fuerzas de seguridad insistían en pedirle que “nombrara a los que tiran piedras”, refiriéndose a los hombres y adolescentes que en la última década se han convertido en el rostro de las protestas civiles en el valle de Cachemira.
El aldeano aseguró que les dijo a los soldados que no conocía a ninguno, por lo que le ordenaron que se quitara sus anteojos, la ropa y los zapatos.
“Una vez que me quité la ropa, me golpearon sin piedad con varillas y palos, durante casi dos horas. Cada vez que caía inconsciente, me daban descargas para revivirme”.
“Si me lo vuelven a hacer, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, tomaré un arma. No puedo soportar esto todos los días”, dijo.
El joven agregó que los soldados le dijeron que advirtiera a todos en su aldea que si alguien participaba en las protestas contra las fuerzas de seguridad, tendrían repercusiones similares.
Todos los hombres con los que hablamos en las aldeas creen que las fuerzas de seguridad hicieron esto para intimidar a los aldeanos, para que no protestaran por miedo.
Desmentido
En un comunicado a la BBC, el ejército indio dijo que “no había maltratado a ningún civil, como se afirma“.
“No se han presentado denuncias específicas de esta naturaleza. Es probable que estas denuncias hayan sido motivadas por elementos perjudiciales”, dijo el portavoz del ejército, elcoronel Aman Anand.
Se han tomado medidas para proteger a los civiles, pero “no ha habido heridos ni víctimas debido a las contramedidas emprendidas por el ejército”, agregó.
Atravesamos varias aldeas donde muchos residentes simpatizaban con grupos militantes separatistas, a quienes describieron como “luchadores por la libertad”.
Fue en un distrito de esta parte de Cachemira donde en febrero hubo un ataque suicida que mató a más de 40 soldados indios, y llevó a India y Pakistán al borde de la guerra.
Esta es también la misma región donde el popular combatiente de Cachemira, Burhan Wani, fue asesinado en 2016, después de lo cual muchos jóvenes y enojados cachemires se unieron a la insurgencia contra India.
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Hay un campamento militar en la región y los soldados regularmente examinan el área para localizar a milicianos y simpatizantes, pero los aldeanos dicen que a menudo se ven atrapados en medio.
En una aldea, conocí a un hombre de unos 20 años que dijo que el ejército amenazó con incriminarlo si no se convertía en un informante contra los combatientes. Afirmó que cuando se negó, lo golpearon tanto que dos semanas después todavía no puede acostarse boca arriba.
“Si esto continúa, no tendré más remedio que irme de mi casa. Nos golpearon como si fuéramos animales. No nos consideran humanos”.
Otro hombre que nos mostró sus heridas dijo que entre “15 y 16 soldados” lo empujaron al suelo y lo golpearon severamente con “cables, pistolas, palos y probablemente barras de hierro”.
“Estaba semiconsciente. Me tiraron de la barba con tanta fuerza que sentí que se me iban a caer los dientes”.
Afirmó que más tarde un niño le dijo que había presenciado el asalto y que un soldado intentó quemarle la barba, pero otro soldado lo detuvo.
“Me ataron las manos y las piernas”
En otra aldea, conocí a un joven que dijo que su hermano se había unido al Hizbul Mujahideen, uno de los grupos más grandes que luchan contra el gobierno indio en Cachemira, hace dos años.
Aseguró que fue interrogado recientemente en un campamento del ejército, donde dice haber sido torturado, saliendo de allí con una fractura en la pierna.
“Me ataron las manos y las piernas, y me colgaron boca abajo. Me golpearon muy mal durante más de dos horas”, dijo.
Pero el ejército niega haber actuado mal.
En su declaración a la BBC, dijeron que son “una organización profesional que comprende y respeta los derechos humanos” y que todas las acusaciones “se investigan rápidamente”.
Agregan que en los últimos cinco años, 20 de un total de 37 casos planteados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos se consideraron “sin fundamento”, 15 fueron investigados y “en solo tres casos se encontró que las imputaciones eran dignas de ser indagadas”.
Los declarados culpables, agrega el comunicado, son castigados.
Sin embargo, a principios de este año, un informe publicado por dos destacadas organizaciones de derechos humanos de Cachemira documentó cientos de presuntos casos de violaciones de derechos humanos sucedidos en esta región en las últimas tres décadas.
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU también pidió la creación de una Comisión de Investigación (COI) para llevar a cabo una investigación internacional independiente y exhaustiva sobre las denuncias de violaciones de derechos humanos en Cachemira. La comisión publicó un informe de 49 páginas sobre presuntos excesos de las fuerzas de seguridad en la región.
India ha rechazado las acusaciones y el informe.