Estados Unidos usó para esta ofensiva un tipo de arma a la que recurre desde hace más de 20 años cuando quiere atacar de forma precisa desde una distancia prudencial.
BBC NEWS MUNDO
Cómo son los misiles Tomahawk, el arma de precisión mortal que Estados Unidos usó para atacar una base aérea en Siria
En la madrugada de este viernes, 59 misiles Tomahawk fueron arrojados desde dos buques estadounidenses en el Mediterráneo oriental contra una base aérea siria, en respuesta, según el presidente Donald Trump, al supuesto uso de armas químicas por parte del gobierno de Bachar al Asad.
El bombardeo se produjo a las 04:40 hora local (01:40 GMT) contra la base aérea de Shayrat, en la provincia de Homs, desde donde Washington cree que el gobierno de Al Asad lanzó el ataque este martes, acusaciones que el presidente sirio negó.
Estados Unidos ya había llevado a cabo ataques aéreos contra grupos yihadistas en Siria, pero esta es la primera vez que ataca directamente al gobierno sirio desde que comenzó la guerra en 2011.
“No fue un ataque pequeño”, declaró Herbert Raymond McMaster, el nuevo consejero de seguridad de Trump.
Pero, ¿qué son los misiles Tomahawk y por qué fueron el arma elegida para esta ofensiva?
Alta precisión y largo alcance
Los misiles Tomahawk son de alta precisión. Cada uno de estos misiles de crucero de largo alcance mide más de seis metros de longitud y pesa más de 3 mil 300 libras.
Suelen llevar ojivas (cargas explosivas) de hasta 454 kilos, están diseñados para volar a bajas altitudes, alcanzado hasta 885 km/h y son capaces de alcanzar objetivos de hasta mil 600 kilómetros de distancia.
Estos misiles funcionan gracias a tecnología GPS. Por supuesto, pueden fallar, pero su margen de error estimado es de tan sólo 10 metros.
Según Raytheon, el gigante estadounidense armamentístico detrás de su fabricación, “es el misil de crucero más avanzado del mundo”, y fue usado “más de dos mil veces en combate y sometido a pruebas en vuelo más de 500 veces”.
Y, ciertamente, estos misiles tienen historia.
Desde la Guerra del Golfo
Los Tomahawk son un arma importante para Estados Unidos desde la Guerra del Golfo Pérsico en los 90, cuando la coalición liderada por EE. UU. llevó a cabo en Irak la operación militar conocida como “Tormenta del Desierto”.
También fueron clave en Libia durante las operaciones militares de la OTAN contra el gobierno de Muamar Gadafi en 2011.
Más recientemente, estos misiles fueron utilizados en septiembre de 2014, cuando Estados Unidos bombardeó al autodenominado Estado Islámico en Siria.
En ese momento, el Pentágono dijo que lanzó 47 Tomahawk desde dos buques desde el Golfo Pérsico y el Mar Rojo.
Y fueron usados por el Pentágono en octubre del año pasado en un ataque desde el Mar Rojo en el que bombardeó tres instalaciones de radares en Yemen.
A principios de este año, la administración Obama se había propuesto acabar con la producción de Tomahawk como parte de un recorte en defensa.
Pero con Trump los planes cambiaron.
En diciembre, Raytheon se adjudicó un contrato de más de US$300 millones con la marina estadounidense, a quien entregará 214 misiles Tomahawk Block IV en agosto de 2018, una nueva variante que permite redireccionarlo en pleno vuelo.
“Raytheon y la marina estadounidense están mejorando esta sofisticada arma con nuevas comunicaciones, una ojiva más poderosa y un nuevo buscador para alcanzar targets en movimiento, en tierra o en mar, en la oscuridad y en todo tipo de climas”, dijo la empresa, que cuenta con más de 60 mil trabajadores en todo el mundo.
Escepticismo ruso
Sin embargo, Rusia se mantiene escéptica.
El ministro de Defensa ruso le dijo a la agencia de noticias rusa Interfax que el ataque de EE.UU. de este jueves en Siria fue inefectivo.
“Según herramientas de monitoreo rusas, tan sólo 23 misiles alcanzaron la base aérea siria. No está claro dónde cayeron los otros 36 misiles de crucero”, declaró el vocero del Ministro de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
Chris Harmer, analista de defensa y exoficial naval que trabaja en el Instituto de la Guerra, le dijo al diario Washington Post que el ejército estadounidense es capaz de bloquear radares rusos con su avión de combate electrónico EA-18G Growler (“Gruñón”), diseñado para interferir señales electrónicas, y con otros medios.
Pero los rusos podrían soportar ese bloqueo, especialmente los sistemas S-400, mucho más avanzados.
“EE.UU. le saca ventaja (a Rusia), pero eso no implica que la defensa rusa sea irrelevante”, dijo Harmer.
Según el especialista, la potencia explosiva de los Tomahawks es menor que la de otras bombas lanzadas desde aviones tripulados, pero eso no importa a la hora de bombardear aviones sirios sobre tierra y destruirlos o dejarlos incapacitados.