Un cometa habría explotado al pasar por la superficie terrestre, generando un chorro de fuego con vientos similares a los de un huracán o un tornado.
BBC NEWS MUNDO
Cómo el impacto de un cometa pudo formar los misteriosos “campos de vidrio” del desierto de Atacama
En lo que hoy es el desierto de Atacama, en el norte de Chile, ocurrió probablemente hace 11.000 años un evento apocalíptico.
En ese entonces el paisaje de esa región del planeta era muy diferente a la aridez absoluta actual: había abundante vegetación, animales gigantes (megafauna) y cuerpos de agua.
El infierno generado por el estallido del cometa en el cielo no solo habría tenido la capacidad de acabar con los seres vivos en tierra, sino que también creó un misterio para los geólogos.
Y es que en un punto del desierto de Atacama, llamado la pampa del Tamarugal, en 2008 fueron descubiertas unas rocas con unas formaciones cristalinas sobre cuyo origen no se tenían certezas.
Pero la semana pasada, un grupo de científicos publicó los resultados de un nuevo estudio en el que llegaron a la conclusión de que los campos de vidrios se crearon por el efecto de la explosión de un cometa.
“Esta explosión descendió hacia la superficie del terreno como un plasma muy caliente, de 1.700 °C”, le explica a BBC Mundo el geólogo Nicolás Blanco, quien en 2008 descubrió, junto a su colega Andrew Tomlinson, el campo de vidrio.
“Ese plasma vino acompañado de vientos huracanados, similares a los de los tornados. El calor combinado con los vientos generaron los cuerpos fundidos con parte del material del cometa. Quedó incorporado a estas rocas fundidas“, añade.
La investigación de Blanco, Tomlison, Peter Schultz, Scott Harris y Sebastián Perroud fue publicada el 2 de noviembre en la revista Geology.
Un misterio del desierto
Los campos de vidrios se encuentran esparcidos en una franja de unos 70 km de largo en la pampa del Tamarugal.
Las formaciones rocosas que tienen incrustaciones cristalinas, tras ser analizadas, fueron catalogadas como originarias del Pleistoceno superior, por lo que tendrían unos 10.500 años de antigüedad como mínimo.
“La roca es una escoria, tal como se conocen en la siderurgia, con vidrios de un color verde oscuro que no tienen valor económico en sí, porque no tienen una belleza particular”, explica Blanco.
“Dentro de esta masa fundida hay pequeños cristales microscópicos que le dan la característica especial que tiene”.
Los cambios en nuestro planeta que crearon el desierto habrían generado la hiperaridez por la cual muchas de esas rocas quedaron preservadas casi como fueron formadas.
“Esto no es muy usual. Hay alguna evidencia en algunas partes de África y Australia con climas áridos y es más fácil poder observarlo allí. Pero en áreas con vegetación es muy difícil (de ver), así que es un descubrimiento bastante interesante para la ciencia“, le dice a BBC Mundo Alejandro Cecioni, subdirector Nacional de Geología de Chile.
Cuando Blanco y Tomlinson encontraron las rocas se preguntaron cómo se habrían formado.
“Es conocido ya el ejemplo de impacto de meteoritos en la superficie de la Tierra: forman cráteres y dejan evidencia de roca fundida que indica los efectos de la alta temperatura y la presión por el choque”, explica el geólogo.
“Pero en esta región esos cráteres de impacto no existen. Entonces ¿cómo explicar una fuente de calor que no sea de un impacto de meteorito?”.
¿Por qué un cometa?
Este tipo de formaciones cristalinas se pueden encontrar en otras partes del planeta, allá donde la actividad volcánica, el choque de un meteorito o la caída de un rayo dejaron una marca en el terreno.
Pero en ese punto del desierto no hay evidencia de volcanes ni rastros del impacto de un cuerpo espacial de tal magnitud. Lo que sí encontraron los investigadores son tres minerales que consideran claves.
Los análisis mostraron que en los vidrios hay una fusión de cubanita, trolita y baddeleyita. Los dos primeros, sin embargo, son los que se han detectado en meteoritos y cometas.
En la década de 2000, la misión Stardust de la NASA trajo a la Tierra muestras del cometa Wild-2 con la presencia de cubanita y trolita.
Ya que no había evidencia de la caída de un meteorito, los científicos creen que la fundición de minerales y la formación cristalina fueron producto del impacto de un cometa.
“Esos tres elementos eran indicativos de que el proceso que formó todo este fundido fue de muy alta temperatura, y que lo generó este proceso térmico que venía del espacio“, explica Blanco.
La teoría del gran incendio
Un evento de características similares al impacto del que hablan los científicos no ha sido documentado por la humanidad.
El “bólido de Tunguska”, una gran detonación en Rusia, es atribuida a la explosión aérea de un meteorito, ya que no dejó un cráter en la superficie terrestre. Pero no causó tanta devastación como la que se sabe hubo en Atacama.
“Coincide con la destrucción de la mega fauna local. En esa época habían animales grandes que estaban en un ambiente con vegetación, que también se quema a temperaturas muy altas, lo cual no es muy usual”, señala Cecioni, quien es parte del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile.
Una teoría previa tenía como hipótesis que las formaciones de vidrio se dieron por el incendio de la vegetación, pero Blanco afirma que no hay evidencia de que un fuego superficial pueda generar tal cantidad de calor, superior a 1.700 °C, como para fundir los minerales encontrados.
Los incendios forestales llegan a generar temperaturas de hasta 500 °C.
“Ningún un incendio forestal en ninguna parte ha dejado evidencias de vidrios fundidos de esa envergadura. En los grandes incendios forestales que hay en diversas partes del mundo nunca se ha reportado la existencia de la fusión del suelo”, sostiene el geólogo.
Por ello considera que las evidencias de la formación de las misteriosas rocas con cristales son producto de un evento de liberación de energía como la de la explosión de un cometa.
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.