Y tuvo lugar durante la Primera Guerra Mundial, un conflicto caracterizado por trincheras que imponían avances tortuosos y la exposición al clima y al fuego enemigo.
BBC NEWS MUNDO
Cinco tanques que cambiaron el curso de la Primera Guerra Mundial
La revolución tecnológica de los tanques cambió la naturaleza de los enfrentamientos militares.
Tanque británico Mark IV. Las orugas de estos carros blindados les permitían atravesar trincheras y aplastar líneas de alambre de púa. Foto: Underwood Archives/Getty Images
Craig Moore, autor del libro Tank Hunter: World War One, “Cazador de Tanques: Primera Guerra Mundial”, seleccionó para la BBC los cinco carros de combate que cambiaron el curso de la guerra que devastó a Europa entre 1914 y 1918.
1. El tanque británico Mark I
El primer tanque británico tenía la capacidad de atravesar trincheras debido a su forma romboidal. Y su blindaje le permitía avanzar hacia las ametralladoras alemanas con impunidad.
Las orugas amplias del tanque lograban además aplastar línea tras línea de alambre de púa.
El Mark I representó una revolución tecnológica que resolvió el problema de cómo cruzar “la tierra de nadie” entre trincheras enemigas.
El tanque podía asestar un duro golpe a la defensa rival y reducir las bajas en las fuerzas atacantes.
Este vehículo cambió el curso de la Primera Guerra Mundial, ya que apareció cuando los alemanes aún no poseían tanques.
Había dos variedades del Mark I. El tanque “macho” estaba armado con dos cañones de seis libras (57 mm) montados sobre plataformas a ambos lados.
Cada plataforma tenía a su vez una ametralladora y una tercera ametralladora estaba montada sobre la cabina de mandos y disparaba hacia adelante.
Los cañones de seis libras fueron diseñados para destruir posiciones fortificadas.
Pero no causaban tantas bajas en las líneas enemigas como el Mark I “hembra”, que tenía cinco ametralladoras, dos en cada plataforma y una en la cabina de mandos.
2. El tanque británico Mark IV y sus “fajinas”
Luego de que los británicos usaron tanques por primera vez en la batalla de Flers-Courcelette en septiembre de 1916, las fuerzas alemanas cambiaron su estrategia.
Una de las principales medidas “antitanque” fue hacer más anchas las trincheras para impedir que los nuevos vehículos blindados pudieran cruzarlas.
La fuerza aérea británica descubrió la nueva táctica alemana a través de fotografías aéreas.
Y en respuesta a las trincheras ensanchadas de los alemanes, los británicos introdujeron el tanque Mark IV con las llamadas fajinas, manojos de ramas atadas con cadenas que eran transportados en la parte delantera del casco.
Las fajinas habían sido usadas en épocas medievales para cruzar las fosas que rodeaban a los castillos.
Los tanques Mark IV se aproximaban a las trincheras alemanas en formaciones de tres.
El primer tanque se detenía al borde de la trinchera, soltaba su fajina, y se desplazaba luego hacia la izquierda mientras disparaba con ametralladoras.
Un segundo tanque hacía lo mismo desplazándose hacia la derecha, y el tercero dejaba caer su fajina y cruzaba la trinchera sobre los tres manojos compactos de ramas atadas con cadenas.
3. El tanque británico de abastecimiento
Diarios de la Primera Guerra Mundial mencionan con frecuencia que algunos tanques debían abandonar el frente porque se les agotaba el combustible o las municiones.
Y la retirada de los tanques dejaba a la infantería en una situación aún más vulnerable.
No era posible abastecer a los tanques usando un camión sin blindaje, por lo que la mejor opción fue adaptar tanques de combate o construir tanques especiales.
Para transportar aún más municiones, estos tanques de abastecimiento arrastraban “trineos” especiales de madera y metal que se desplazaban sobre lo que parecían esquíes gigantes.
Los trineos se sujetaban a la parte posterior de los tanques con cadenas o cuerdas reforzadas.
Los espacios reservados para los cañones en los tanques comunes se sellaban en los carros adaptados con placas de metal.
El uso de tanques de abastecimiento tuvo un impacto fundamental en la Primera Guerra Mundial al permitir que los carros de combate permanecieran más tiempo en el frente.
4. El tanque francés ligero Renault FT-17
A mediados de la Primera Guerra Mundial, la industria francesa enfrentaba dificultades para producir suficientes carros pesados como sus modelos Schneider CA y Saint Chamond.
El coronel Jean-Baptiste Estienne encontró la solución en el diseño de un carro ligero para dos hombres, armado con una única ametralladora.
Este carro era más barato y podía ser producido en gran escala a pesar de las restricciones que enfrentaba la industria francesa durante la guerra.
Por el costo de un tanque Saint Chamond podían construirse cinco Renault FT.
Cuando Renault comenzó a construir el nuevo tanque FT-17, Estienne fue uno de sus principales impulsores.
Este tanque ligero fue el primero con una torreta giratoria que permitía una visión de 360 grados del campo de batalla. Es considerado el primer tanque moderno y fue usado incluso en la Segunda Guerra Mundial.
El coronel Estienne propuso emplear los tanques ligeros con una táctica de “enjambre de abejas”.
La estrategia consistía en atacar con una multitud de tanques livianos para abrumar al enemigo, en lugar de usar un único tanque pesado.
Esta táctica revolucionó los combates. Ya no era necesario que los tanques fueran precedidos por bombardeos a gran escala para minimizar los impactos de proyectiles enemigos en la estructura metálica.
Los “enjambres” de tanques podían neutralizar la artillería enemiga, permitiendo el avance de la infantería.
6. El tanque alemán Beutepanzer (tanque trofeo)
Los alemanes construyeron solamente 20 tanques pesados Sturmpanzerwagen (vehículo blindado de asalto), un modelo que usaba chasis A7V.
Pero estos vehículos no cambiaron el curso de la guerra porque se construyeron muy pocos.
Sin embargo, luego de la batalla de Cambrai en noviembre y diciembre de 1917, los alemanes recuperaron del frente cerca de 300 tanques británicos Mark IV dañados.
Las fuerzas alemanas lograron reparar 170 de esos tanques, en los que sustituyeron los cañones de 6 libras y las ametralladoras británicas por armas alemanas.
En la primavera de 1918, los tanques reparados, con cruces alemanas pintadas, volvieron al campo de batalla para combatir a sus anteriores dueños.
Esto fue una sorpresa para las tropas británicas, que comenzaron a pintar sus propios tanques con grandes líneas blancas y rojas para distinguirlos desde tierra y aire de los carros alemanes.
Los tanques Mark V “hembra”, que estaban armados solamente con ametralladoras, eran ahora vulnerables a los ataques alemanes.
La solución fue incorporar a un lado de los tanques “hembra” una plataforma típica de los tanques “macho” con un cañón de seis libras.
A este carro modificado se lo llamó Mark V, “tanque compuesto” o “tanque hermafrodita”.