“Espero que los rusos no nos fuercen a cambiar nuestra posición sobre el Nord Stream 2”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, en momentos en que la disputa con Moscú se intensificaba por el envenenamiento del crítico del Kremlin Alexei Navalny.
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Caso Navalny: por qué el gasoducto Nord Stream 2 se volvió vital en la disputa entre Alemania y Rusia
Era una frase corta en un periódico dominical alemán, pero para el gasoducto Nord Stream 2, fue potencialmente tan dañina como un terremoto.
El gasoducto Nord Stream 2 ha dividido a Europa y enfurecido a Estados Unidos. (Foto Prensa Libre: Getty Images)
El gasoducto siempre ha sido controvertido. Planea transportar gas ruso directamente a Alemania bajo el mar Báltico, con el objetivo de ofrecer al país energía asequible cuando está tratando de eliminar gradualmente su energía nuclear y de carbón.
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Pero los críticos denuncian el riesgo de que Alemania dependa mucho de la energía de un socio políticamente poco confiable.
Ahora el ministro de Relaciones Exteriores pidió a Moscú que investigue con profundidad el ataque con un agente nervioso contra Navalny, quien fue hospitalizado en Berlín.
De lo contrario, sugirió, una opción que se consideraría sería cancelar el Nord Stream 2.
Cómo se endureció la opinión de Merkel
Pocas horas antes de que los médicos alemanes anunciaran que Navalny salía del coma, la canciller Angela Merkel se mostró dispuesta a reconsiderar su apoyo al gasoducto.
“La canciller alemana está de acuerdo con los comentarios del ministro de Relaciones Exteriores durante el fin de semana”, indicó el lunes la portavoz de Merkel.
Hasta esta semana, la línea oficial del gobierno alemán era que el gasoducto debía ser visto como un asunto separado del envenenamiento del principal opositor del líder ruso.
Pero los comentarios más recientes marcan un súbito endurecimiento de actitudes hacia el Nord Stream 2 en Berlín.
Por primera vez desde que comenzó la construcción hace casi una década, el futuro del gasoducto parece amenazado.
El primer gasoducto, Nord Stream 1, fue completado en 2011.
El segundo está cerca de ser terminado y se espera que esté listo para 2021: ya fueron colocados 2.300 km del total de 2.460 km.
Los lazos de Rusia con el exlíder alemán
Incluso antes del asunto de Navalny, ni Merkel ni su partido conservador apoyaban con entusiasmo el gasoducto.
Merkel heredó el proyecto de su predecesor, el excanciller de centro izquierda Gerhard Schröder.
Schröder gozaba de una buena relación con el presidente ruso Vladimir Putin, a quien famosamente describió como un “demócrata de pies a cabeza”.
Y después de dejar el poder, provocó indignación en Alemania cuando ocupó varios cargos lucrativos en compañías energéticas rusas, incluido uno en la junta supervisora del Nord Stream.
Los críticos acusan a Schröder de ser un propagandista de Putin. Por lo general se muestra como una voz enérgica de las relaciones ruso germanas y un vigoroso defensor del gasoducto.
Pero en días recientes, su silencio ha sido notable.
¿Podría detenerse?
El gobierno de la canciller Merkel enfrenta crecientes críticas de sus socios europeos, que dicen que el gasoducto está haciendo a Alemania demasiado dependiente del gas de un país políticamente poco confiable.
Estados Unidos es un opositor particularmente vociferante y está amenazando con imponer sanciones contra las compañías europeas involucradas en el proyecto.
Ahora, el envenenamiento de Navalny ha desatado un feroz debate sobre el futuro del Nord Stream 2 en Alemania.
Algunos políticos conservadores y del partido Verde de alto rango están pidiendo que el gasoducto sea cancelado.
Pero dado que está casi finalizado y que ya se han invertido unos US$9.400 millones en el proyecto, ¿puede ser detenido?
Los partidarios argumentan que cancelarlo dañaría la reputación de Europa como un lugar estable para la inversión e incrementará los precios para los consumidores.
También dicen que detener el gasoducto crearía un problema de falta de fuentes de energía en Alemania.
Irónicamente, muchos alemanes apoyan el gasoducto porque su mayor crítico es el presidente estadounidense, Donald Trump.
A los alemanes les desagrada y sus diatribas contra el gasoducto sólo han servido para impulsar su popularidad.
Muchos electores sospechan que Trump desea deshacerse del gasoducto para vender combustible estadounidense a Alemania.
Merkel ha tratado de no dar la impresión de que está cediendo a la presión de Trump.
De cualquier forma, si Alemania fuera responsable del fracaso del Nord Stream, Berlín podría estar sujeto a enormes daños.
Es por eso que la oposición estadounidense y europea al Nord Stream 2 podría de pronto volverse muy útil para el gobierno de Merkel.
Hasta ahora, Berlín ha luchado contra los esfuerzos de Estados Unidos y Europa de imponer sanciones o establecer regulaciones para que cancele el proyecto.
Si Merkel decide abandonar el gasoducto, la táctica más barata para Alemania sería simplemente retirar calladamente su apoyo y dejar que los críticos estadounidenses y europeos maten el proyecto y, si es posible, paguen la cuenta.