Según el presidente del Instituto brasileño del Medio Ambiente (Ibama) , Luciano Evaristo, citado por el portal de noticias G1, el barro, que tiene una alta densidad de desechos mineros, ha afectado la fauna acuática y “al llegar al estuario del río Doce podría afectar el desove de las tortugas marinas” .
Tras romperse dos diques de contención de la empresa minera Samarco en el Estado de Minas Gerais (sureste) , un tsunami de lodo y residuos mineros causó 12 muertos y 12 desaparecidos.
“Es la peor catástrofe ambiental en la historia de ese país” , declaró el viernes recién pasado la ministra del Medio Ambiente, Izabella Teixeira.
Más de 280 mil personas están sin agua y miles de animales murieron.
La rehabilitación de la cuenca del Rio Doce, contaminado por el barro, llevará por lo menos 30 años, añadió la ministra que visitará el lugar el próximo lunes para supervisar el trabajo de Samarco para contener el barro.
Samarco -propiedad de las multinacionales Vale de Brasil y la anglo-australiana BHP Billiton- ha prometido pagar por lo menos 260 millones de dólares para reparar los daños ambientales y las autoridades brasileñas le han impuesto multas por una suma de 175 millones de dólares.
Los técnicos de Samarco abrieron un canal en la desembocadura del Doce e instalaron barreras de contención para intentar que el vertido se dirigiera directamente a mar abierto en el océano Atlántico, pero las medidas no funcionaron y el material tóxico alcanzó las playas a los dos lados del estuario.
Samarco admitió que las boyas de contención no funcionaron debido a que son diseñadas para retener vertidos de petróleo pero que al menos consiguieron retener la parte más gruesa del lodo.
Los esfuerzos para impedir la llegada de la mancha a las playas y los manglares próximos a la desembocadura del río Doce obedecen a que tales áreas son usadas por diferentes especies de tortugas y cangrejos para reproducirse.