La Cumbre Humanitaria Mundial, inaugurada el lunes último en Estambul, contó con delegaciones de 172 países, entre ellos 55 jefes de Estado o de Gobierno, la gran mayoría de Estados africanos y asiáticos, según especificó el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anfitrión del encuentro, en la conferencia de prensa final.
Con excepción de Alemania, los otros países del G-7 (Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Italia y Japón) , no han enviado a esta cumbre a sus máximos dirigentes.
Erdogan señaló que unas nueve mil personas participaron en la cumbre, dedicada a buscar soluciones más eficaces para ofrecer asistencia de emergencia, proteger mejor a los trabajadores humanitarios y combinar la ayuda en momentos de crisis con la que se ofrece para un desarrollo a largo plazo.
Un total de 400 delegaciones, entre estatales, de oenegés o de empresas, realizaron mil 500 propuestas y promesas para mejorar la ayuda humanitaria, dijo Ban, que subrayó que “el dinero que intentamos movilizar es el uno por ciento del gasto militar anual mundial”.
“También el desarrollo sostenible y el cambio climático necesitan amplias inversiones. Espero que los líderes del G-7 lo entiendan. No han podido participar, e intento entender su situación difícil, pero espero que se comprometan más en la implementación”, reiteró Ban.
“Llamo a todos los líderes para que den pasos. El que estos líderes estén ausentes no es una excusa para no pasar a la acción. Tienen la responsabilidad”, insistió el máximo cargo de la ONU.