El abogado del cura confirmó a la apertura de la investigación pero señaló que ésta “no descansa sobre ningún hecho comprobable ni preciso”. El cura, “que contesta firmemente los hechos de los que se le acusa, presentará ante la cámara de instrucción una petición para que se anule la investigación”, declaró Frédéric Landon.
“La relación que pudo tener con [la denunciante] en ningún caso puede constituir una infracción penal”, añadió.
La investigación se inició tras la denuncia, en diciembre de 2016, de una feligresa, por unos supuestos actos en los que habría estado implicada ella misma y su hija.
El obispo de Versalles, Eric Aumonier, declaró el lunes que se habían tomado “las medidas necesarias”, como la prohibición “de entrar en contacto con la denunciante, su familia y sus allegados”, “ejercer su ministerio de manera pública”, “confesar” y la obligación de someterse a “asesoramiento espiritual y psicológico”.
La fiel interpuso una denuncia tras una relación de un año con el cura, durante la cual, dijo haber sido seducida por quien era su asesor espiritual, indicó “Comme une mère aimante“, una asociación creada para apoyar a víctimas de abusos de la Iglesia.
La denunciante también estaba preocupada por la supuesta manipulación ejercida por el sacerdote sobre su hija de 13 años, a quien a veces invitaba a quedarse a dormir en la casa parroquial, según la asociación.
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