Y, sobre todo, de no saber a ciencia cierta qué ocurrió con su hijo: “Yo me acuesto, me levanto pensando en mi hijo, no hay un segundo que no deje de pensar en él, cómo estará, dónde estará, si estará vivo, si estará muerto, eso es lo que nos está matando poco a poco, esa incertidumbre” .
El primer día que no lograban localizar a los 43 estudiantes, cuando aún reinaba la confusión, los compañeros de la Normal Rural de Ayotzinapa, en el sureño estado de Guerrero, intentaron tranquilizar a Blanca.
Le decían que los jóvenes habían sido detenidos en Iguala, donde habían acudido para apoderarse de unos autobuses con los que irían a la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de México.
Las horas fueron pasando y la pregunta “dónde están?” permanecía sin resolverse. Desde entonces, los padres, siempre sujetando carteles con la imagen de sus hijos, se mantienen en una lucha que prometen no abandonar.
No todo es dolor, entre las familias está latente un enfado por los “engaños” y la “burla” que, consideran, les ha brindado el Gobierno.
Su resentimiento se basa en la supuesta “verdad histórica” ofrecida por el Ejecutivo unas semanas después de la desaparición para explicar el caso: los jóvenes fueron entregados por policías corruptos al grupo criminal Guerreros Unidos, que los asesinaron, incineraron en un vertedero y arrojaron sus cenizas a un río.
Sin embargo, expertos internacionales echaron abajo esta versión, apoyados en evidencias científicas.
“El Estado le está apostando a que nos cansemos y nos vayamos a casa, pero yo he dicho que como madre jamás me voy a cansar de buscar a mi hijo (…) y a sus compañeros. A pesar de tanta mentira, estamos de pie” , sentencia Blanca.
La madre, quien tiene otros tres hijos, confía en que habrá un día en el que verá regresar a su hijo, podrá abrazarlo y cumplir la promesa que le hizo cuando ingresó en la Normal de Ayotzinapa: comprarle una computadora.
Omar García es uno de los estudiantes que sobrevivió la noche del 26. Acudió a Iguala por una llamada de auxilio de sus compañeros de primer año, quienes fueron víctimas de varios ataques efectuados por policías.
Los estudiantes acudieron al lugar y, cuando ofrecían una conferencia de prensa explicando lo que les había ocurrido a sus amigos, se desencadenó otro ataque.
Mirando atrás, Omar, de 29 años, lamenta no haber hecho “muchas más cosas” . Por ejemplo, cuando vio llegar el Ejército desde la azotea en la que se encontraba: “Imagínate, si solo hubiéramos tomado una foto, un vídeo, nuestra palabra pesaría mucho más” .
Tres años después de esa noche, dice que es momento de hacer un “replanteamiento” sobre cómo actuar para encontrar a sus compañeros, en mitad de un panorama que tilda como “desolador y adverso” .
Dejar de ser “mediáticos” no está dentro de sus preocupaciones, opina, sino que la gente siga apoyando la causa: “Fortalecer las redes, los vínculos que hicimos durante estos años; eso es lo que ha mantenido este movimiento en pie” .
María de Jesús Tlatempa, madre de José Eduardo Bartolo, habla con indignación sobre los nulos resultados que han dado las investigaciones de las autoridades mexicanas, quienes -defiende- los han “mentido desde el inicio” .
Exige que se sigan los cauces de investigación planteados por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que estuvo en el país: el trasiego de droga en autobuses de Iguala a Chicago, las redes de telefonía, la actuación de los militares esa noche. Ellos, por su parte, no se van a quedar “con los brazos cruzados” .
Para ello cuentan con el apoyo de los compañeros de Ayotzinapa, una escuela para maestros que presume ser la “cuna de la conciencia social” , como señala una frase pintada en su entrada.
María de Jesús se muestra orgullosa de que su hijo entrara en una escuela de “gentes conscientes” , que enfrentan a un Gobierno que “abusa del pueblo, del poder y de las armas” .
“Estamos más firmes que nunca” , asevera esta madre, quien dice que el “miedo” que pudieron tener al principio de su búsqueda ya desapareció.
Padres de 43 alumnos desaparecidos marchan en silencio
Los padres de los 43 alumnos de Ayotzinapa marcharon en silencio por las calles de Ciudad de México, en homenaje a las víctimas del terremoto de hace una semana, cuando se cumplen tres años de la desaparición de sus hijos en Iguala.
El homenaje comenzará a las 16.00 hora local (21.00 GMT) con una misa en el emblemático ngel de la Independencia del Paseo de la Reforma, dijo el portavoz de los padres de los desaparecidos, Felipe de la Cruz.
Al cabo de la ceremonia caminarán en silencio hasta llegar al monumento de los 43 jóvenes, donde se leerá un mensaje dirigido a las víctimas de ambas tragedias.
Los manifestantes apelarán a la unidad por “el dolor de las víctimas” y exigirán al Gobierno una “respuesta inmediata para la reconstrucción y reparación” de los daños sufridos por el terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter, detalló.
El número de víctimas fatales del movimiento telúrico subió hoy 333: 194 en la capital del país -donde 38 edificios colapsaron-, 74 en Morelos, 45 en Puebla, 13 en el Estado de México, 6 en Guerrero y 1 en Oaxaca, y las labores de rescate continúan en varios puntos.
“Lo que une es el dolor. Así como nosotros buscamos jóvenes desaparecidos, hay mucha gente que desapareció en el sismo. El dolor que sienten los padres de familia es el mismo” , aseguró De la Cruz.
Criticó que la presencia de la Marina y el Ejército impidieran “que la sociedad civil siguiera participando” una vez pasados los primeros momentos de la emergencia.
“Creemos que fue un error porque, cuantos más seamos, la unidad es más fuerte y creemos que podríamos haber salvado más vidas” , señaló.
El portavoz dijo que esta tarde también habrá marchas “en diferentes estados del país” para exigir justicia y “la presentación con vida de los jóvenes” estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa.
“Son 3 años. No se puede pasar desapercibido este crimen” , afirmó.
La noche del 26 de septiembre del 2014, un grupo de estudiantes que se desplazaban en autobuses fueron atacados a tiros por policías corruptos en el municipio de Iguala, ubicado en el sureño estado de Guerrero.
En el ataque murieron seis personas y 43 jóvenes fueron detenidos y entregados a integrantes del cartel Guerreros Unidos.
Según la versión oficial de lo ocurrido esa trágica noche, los estudiantes fueron incinerados en un basurero y sus restos lanzados a un río.
Sin embargo, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que investigó el caso echó abajo dicho versión al considerar imposible científicamente que los cuerpos fueran quemados en el basurero de Cocula.
Además, pidieron investigar el trasiego de droga en autobuses de Iguala a Chicago como posible móvil de los ataques, las redes de telefonía, así como la actuación de los militares esa noche.
AI: Ayotzinapa será la “mentira histórica” que marcará gestión de Peña Nieto
Amnistía Internacional (AI) consideró que el caso de los 43 alumnos de la Escuela de Ayotzinapa desaparecidos en 2014, que este martes cumplió tres años sin aclararse, será la “mentira histórica” que marcará al Gobierno del presidente de México, Enrique Peña Nieto.
“A tres años, seguimos buscando a nuestros desaparecidos entre los escombros de instituciones corruptas y el crimen del olvido, en donde la voluntad política real de las autoridades nunca se ha hecho presente” , apuntó la directora ejecutiva de AI México, Tania Reneaum, en un comunicado de la organización.
“La mentira histórica de este caso marcará el sexenio de Peña Nieto (2012-2018), pero nosotros en solidaridad con sus padres y madres los seguiremos contando, los seguiremos buscando, luchando para que salga a la luz la verdad y se tenga acceso a la justicia” , añadió.
La organización pidió a Peña Nieto que “deje de apropiarse del discurso de la sociedad civil con fines de campaña y oportunismo mediático” .
“La historia no perdona, y nosotros tampoco. México es un país de víctimas, y el presidente debe dejar de tratar de ocultar los casos bajo la alfombra y enfrentar la realidad de un país en donde la corrupción y la falta de legalidad matan y desaparecen a las personas día a día” , apuntó.
AI señaló que México sigue de pie después de los duros golpes que los últimos fenómenos naturales le han propinado, pero que en esta fecha se abre de nuevo una de las más lacerantes y preocupantes heridas de la memoria colectiva: la desaparición forzada de 43 estudiantes.
Sostuvo que fue un hecho terrible y crimen de derecho internacional que “hasta ahora no ha sido debidamente investigado y que sigue sin resolverse” , dejando en la incertidumbre el destino de los estudiantes pero, sobre todo, la capacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos.
Los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecieron la noche del 26 de septiembre de 2014 después de haber sido arrestados por policías en el municipio de Iguala, estado sureño de Guerrero.
En lo que han llamado la “verdad histórica” del caso, el Gobierno sostiene que los jóvenes fueron entregados por los agentes a miembros del crimen organizado, que los asesinaron e incineraron sus restos en un vertedero de basura.
Luego de una investigación forense de un año, un grupo de expertos designados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluyó que era científicamente imposible que ese número de cuerpos fuera incinerado en un basurero en las condiciones que dicen las autoridades, conclusión compartida por otros expertos.