El viaje del Solar Impulse II no se detendrá en la capital del sultanato de Omán, sino que afrontará 11 etapas más, sin una gota de carburante fósil, para circunvalar la tierra.
El objetivo de los responsables de la iniciativa es concienciar a la población y a los responsables políticos sobre la importancia de apostar por las energías renovables en detrimento de los combustibles tradicionales.
El avión tiene unas enormes “alas” de 72 metros de envergadura —las de un Boeing 747 Jumbo miden 68.5 metros—; y está cubierto de una fina capa de fibra de carbono que alberga 17,248 células solares para darle autonomía hasta cinco noches y cinco días.
La velocidad máxima a la que el avión podrá navegar será de 90 kilómetros/hora al nivel del mar, y de 140 kilómetros/hora a su altitud máxima, 8,500 metros.
La cabina tiene un volumen de 3.8 metros cuadrados, suficientes para almacenar el oxígeno, la comida, el agua, el paracaídas y el resto del equipamiento necesario para el piloto, y tiene un asiento ergonómico que se reclina de forma que su ocupante pueda sentarse, estirarse e incluso hacer ejercicio.
Este es el segundo prototipo de ese “sueño” . El primero, más leve y menos potente, realizó su primer vuelo en el 2010 y logró, entre otros, viajar 26 horas seguidas, y cruzar Estados Unidos de costa a costa en cinco etapas.
El nuevo avión también incluye la novedad de que es completamente hermético, por lo que podrá volar sin problemas bajo la lluvia.
De día, el aparato volará a una altitud de 8,500 metros y de noche, para ahorrar energía, descenderá hasta los 1,500 metros.
En total, para dar la vuelta al mundo, la aeronave recorrerá 35 mil kilómetros, a una velocidad media de entre 50 y 100 kilómetros.
Después de Omán, las etapas siguientes son la India, y Birmania, antes de la mayor, la que una Nankin, en China, con Hawai, que se presume durará cinco días.
Después, el avión cruzará Estados Unidos, hará una parada en el sur de Europa o Norte de África, antes de llegar de nuevo a Abu Dabi.