Entre los incentivos se encuentra el reembolso del visado de “vacaciones y trabajo”, que permite a extranjeros de hasta 35 años de edad tener empleos temporales durante su estancia, de US$356, equivalente al coste de la solicitud de entrada al país.
Los titulares de este visado puede reclamar el abono desde el miércoles 19 de enero y durante las próximas doce semanas.
Australia espera con esta medida atraer a unos 23 mil 500 mochileros que han presentado ya sus solicitudes de visado para que se dediquen a los trabajos en las zonas rurales del país, donde falta mano de obra en el sector agrícola, entre otros.
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Morrison también anunció que reembolsará el coste por el visado de estudiante, que es US$453, a la espera de que 150 mil titulares de este permiso migratorio entren al país en las próximas ocho semanas.
Los estudiantes extranjeros no solo inyectan dinero directa e indirectamente a la economía, que tiene a los servicios educativos como una de sus estrellas exportadoras, sino que además se desempeñan en diversos trabajos como camareros, cuidadores de niños o ancianos, albañiles, repartidores de comidas, entre otros.
“También queremos que vengan aquí y puedan suplir algunas de estas carencias de mano de obra, sobre todo aquellos que están trabajando y formándose en el ámbito de la sanidad, el cuidado de ancianos o este tipo de sectores, que serán increíblemente útiles”, precisó el mandatario, quien admitió que no sabía cuan “severo” podía ser el impacto de la variante ómicron en el país.
Morrison también anunció que destinará US$2.16 millones para promocionar una campaña para atraer la llegada de los mochileros y estudiantes extranjeros.
Australia, que vive un fuerte rebrote en infectados y fallecidos por covid-19, afronta una crisis en la cadena de suministros por la irrupción de la ómicron.
Desde el inicio de la pandemia el país acumula más de 1.5 millones de infecciones, el 80% de los casos en el último mes, y más de 2 mil 700 fallecidos desde el inicio de la pandemia.