Previamente se había informado de más de 80 muertos y al menos 70 heridos.
El ataque se produjo contra un centro de comando del Ejército a pocos kilómetros de Mazar-e Sharif, la capital de Balkh.
Los talibanes llegaron en tres vehículos militares y con documentos falsificados. Lanzaron un proyectil contra la entrada de la base militar y luego diez de ellos se dirigieron a una mezquita dentro de la base donde los soldados participaban en las oraciones de los viernes antes de ir a cenar, señaló una fuente militar.
Los talibanes aseguraron incluso haber matado y herido a más de 500 soldados. El grupo yihadista indicó que cuatro de los atacantes eran antiguos soldados que habían servido en la base y por tanto conocían las instalaciones y publicó fotos de ellos. Estas informaciones no pudieron ser confirmadas por ahora de forma independiente.
La situación de seguridad en Afganistán ha empeorado considerablemente desde que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) finalizó su operación de combate en el país a finales de 2014 y retiró la mayoría de sus tropas.
En el país permanecen militares extranjeros en tareas de formación de las fuerzas locales. De hecho, el Ejército alemán tiene un campamento en Mazar-e Sharif, pero ninguno de sus efectivos resultó herido en el ataque.