Ni siquiera un “ataque quirúrgico” contra instalaciones nucleares y de misiles destruiría el arsenal norcoreano o impediría que su líder, Kim Jong Un, responda rápidamente con artillería de largo alcance que podría cobrar la vida de un gran número de surcoreanos en cuestión de minutos.
Entonces podría darse un enfrentamiento abierto. Y aunque el jefe del Pentágono, Jim Mattis, afirma que Estados Unidos dominaría, también cree que sería una “guerra catastrófica” .
El jueves en Polonia, Trump dijo que es momento de confrontar a Corea del Norte.
“No me gusta hablar de lo que he planeado, pero hay cosas bastante severas en las que he estado pensando” , dijo el mandatario. “Eso no significa que vayamos a hacerlas”.
Trump no mencionó cuales son las “severas” opciones que sopesa tras el lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte el pasado 4 de julio.
El Gobierno ha revisado su política en torno a Corea del Norte durante meses, y previamente declaró que la “paciencia estratégica” había fracasado. Washington ha mencionado la posibilidad de detener el flujo de capital para su programa nuclear y hacer que otros países se sumen a la presión diplomática y económica.
Pero Trump afirmó que sus asistentes no han descartado la posibilidad de un conflicto bélico contra un adversario que desafía abiertamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y amenaza a Estados Unidos. “Es una pena que se comporten de esa forma”, comentó Trump, “pero lo están haciendo de una manera muy, muy peligrosa y se tiene que hacer algo al respecto”.
Trump se refería al lanzamiento de prueba del martes de un misil balístico que por primera vez demostró el alcance necesario para llegar a territorio estadounidense.
El misil se lanzó en una trayectoria elevada, por lo que no llegó a Japón.
Los analistas estadounidenses calcularon que si se hubiera lanzado en una trayectoria estándar de ataque, el misil pudo haber llegado a Alaska. Aseguraron que si Pyongyang realiza más pruebas, conseguirán un mayor alcance en sus misiles.
Quieren más presión sobre Corea del Norte
Estados Unidos, Corea del Sur y Japón coincidieron hoy en la necesidad de aumentar la presión internacional sobre Corea del Norte a raíz del programa misilístico y nuclear de este último país, informaron fuentes oficiales japonesas.
En una reunión celebrada en Hamburgo, en la antesala de la cumbre del G20, los líderes de los mencionados países coincidieron en que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debería aprobar “medidas más duras” contra Pyongyang, dijo el secretario de prensa japonés Norio Maruyama.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, señalaron que en el concierto internacional es crucial el rol que China pueda desempeñar en este conflicto.
“China tiene un papel extremadamente importante que cumplir”, dijo Maruyama y sentenció: “Todos queremos que el G20 dé un mensaje contundente a Corea del Norte”.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, destacó la importancia de los esfuerzos diplomáticos en curso y dijo, en este sentido, que la prueba exitosa de un misil intercontinental realizada esta semana por Corea del Norte no implica la inminencia de una guerra.
“No creo que esta capacidad (de alcance intercontinental) en sí misma nos coloque más cerca de una guerra, porque el presidente (Trump) ha sido muy claro, y la Secretaría de Estado ha sido muy clara, respecto a que estamos llevando a cabo esfuerzos diplomáticos y económicos”, dijo.