Entre los heridos habría catorce policías y nueve civiles, informa la citada cadena.
La explosión fue tan fuerte que en las casas vecinas se rompieron numerosos cristales de las ventanas.
Desde diciembre se suceden en determinados barrios de Diyarbakir los combates entre las fuerzas de seguridad y jóvenes simpatizantes de la guerrilla kurda del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) .
La lucha entre el PKK y las fuerzas de Seguridad se ha intensificado en los últimos meses, con numerosos ataques por parte de la guerrilla y operaciones militares de respuesta.
Los choques se han extendido a zonas urbanas, donde jóvenes simpatizantes de la guerrilla que defienden sus barrios en el sureste del país con armas ligeras y explosivos caseros en una lucha calle por calle.
Varias ciudades del sureste, donde vive la mayor parte de los 12 millones de kurdos de Turquía, han estado o están actualmente bajo toque de queda.
La agencia Anadolu informó recientemente de que las Fuerzas Armadas han “neutralizado” (abatido, herido o apresado) a 5.359 “terroristas” del PKK desde la ruptura del alto el fuego en julio, mientras que los militares habrían sufrido 355 bajas, aunque no hay fuentes independientes para verificar esas cifras.
En lo que va de año, Turquía ha sufrido ya tres grandes atentados.
El 12 de enero, diez turistas murieron cuando un terrorista suicida vinculado al grupo yihadista Estado Islámico (EI) se inmoló junto a ellos en la zona más turística de Estambul.
El pasado febrero, un atentado contra un convoy militar en un barrio residencial de Ankara causó 30 muertos y 61 heridos.
Al mes siguiente, 37 personas murieron en otro ataque en Ankara.
Estos dos ataques en la capital fueron reivindicados por los Halcones de la Libertad de Kurdistán, una escisión radical del PKK.
Turquía vive desde hace varias semanas en estado de urgencia permanente a causa de continuos atentados y ataques, atribuidos a los yihadistas o relacionados con la reanudación del conflicto kurdo.
El pasado día 19, tres israelíes y un ciudadano iraní murieron en otro atentado suicida en una céntrica calle de Estambul cuyo autor se vincula también al EI.