El ataque comenzó hacia las 9.10 hora local (4.40 GMT), cuando un suicida detonó un vehículo cargado de explosivos en la entrada del edificio y dio paso a un número aún no confirmado de asaltantes, dijo a Efe el portavoz de la Policía de Nangarhar, Hazrat Hussain.
“Estoy vivo, recen por mí. Escucho al menos dos atacantes en el segundo piso, nos están buscando”, escribió a las 10:20 un empleado de la organización a través la red WhatsApp.
“Llamen a las fuerzas de seguridad”, rogó el empleado en su mensaje.
Poco antes, otra persona presente en el interior de las instalaciones afirmó que los disparos continuaban.
Gunfire continues at 'Save the Children' in the Afghan city of #Jalalabad; at least 11 people are injured so far #Afghanistan @khalid_pk @arifreporter pic.twitter.com/WIvxCghYBD
— BEEN (@Been070) 24 de enero de 2018
“Oigo tiros procedentes del interior del recinto, podría tratarse de un ataque complejo”, indicó ese testigo desde el edificio.
“He oído una enorme explosión. Parecía un carro bomba. Nos hemos puesto a cubierto y he visto cómo un hombre armado con un lanzacohetes disparaba contra la puerta principal para entrar en el recinto”, contó Mohamad Amin, que logró escapar saltando por la ventana y fue hospitalizado por heridas en una pierna.
“Sobre las 09H10 (04H40 GMT), un coche suicida explotó frente a la entrada del complejo de Save the Children, y luego un grupo de hombres armados entró en el recinto. Once heridos fueron conducidos al hospital hasta el momento”, indicó el portavoz del gobernador provincial, Attaullah Khogyani.
La operación no fue reivindicada. Los talibanes comunicaron en Twitter que no eran responsables del ataque. “Nuestros muyahidines no están implicados en el ataque de Jalalabad”, afirmó el portavoz talibán Zabiulah Mujahid.
Carros en llamas
Una espesa nube negra proveniente de dos vehículos en llamas, uno de ellos de la oenegé, cubría la zona donde se produjo el atentado.
El atentado tuvo lugar cuatro días después del ataque contra un gran hotel de Kabul, reivindicado por los talibanes, que dejó más de veinte muertos, de los cuales 14 extranjeros, dos de ellos venezolanos.
El ataque contra el hotel tenía como objetivo los residentes extranjeros, según los sobrevivientes.
En los últimos meses hubo “numerosas amenazas” en Jalalabad, pero no específicamente contra extranjeros, indicaron fuentes occidentales en la ciudad.
Jalalabad, capital de Nangarhar, en la frontera con Pakistán, alberga a gran cantidad de talibanes y de miembros del grupo yihadista Estado Islámico, que convirtieron varios distritos de esa provincia en sus bases en Afganistán.
El último atentado en Jalalabad, ocurrido el 31 de diciembre y perpetrado con una moto bomba en un funeral, dejó 18 muertos.
Los talibanes negaron la autoría de ese atentado que no fue reivindicado.
La oenegé Save the Children, que ayuda a los niños que trabajan en la calle, está presente en Afganistán desde 1976.