“Ahora será la fase de entrada, descenso y amerizaje, después del desacoplamiento que esperamos ocurra un poco más tarde”, dijo Doug Hurley, uno de los dos astronautas, en una ceremonia de despedida a bordo de la ISS, la cual fue transmitida por la NASA TV.
“Los equipos están trabajando muy duro, especialmente con la dinámica del clima en los próximos días alrededor de Florida”, en el sureste del país, añadió.
Hurley y Bob Behnken despegaron desde Cabo Cañaveral, Florida, el pasado 30 de mayo y después de dos meses volverán a la Tierra finalizando así la misión Demo-2, con la que se certificará la capacidad de SpaceX, la compañía de Elon Musk, para realizar viajes espaciales comerciales.
De momento, el desacoplamiento del transbordador “Crew Dragon Endevour” sigue estipulado para cerca de las 23H34 GMT del sábado y el amerizaje para las 18H42 GMT del domingo.
“Las condiciones están para seguir adelante en el primer punto, frente a la costa de Pensacola, y en el punto alternativo frente a la costa de Ciudad de Panamá en el Golfo de México, con el amerizaje y recuperación el domingo 2 de agosto”, aseguró la NASA en una publicación de blog.
Pero la agencia espacial sigue de cerca el avance de Isaías, un huracán de categoría uno, que se dirige por el Caribe hacia Florida.
“NASA y SpaceX tomarán la decisión final sobre si proceder o no, después de que los astronautas estén ya dentro de la Crew Dragon, justo antes del desacoplamiento”, indicó. Eso debería ser cerca de las 21H00 GMT.
El jefe de misión, Chris Cassidy, declaró que se trata de un “día emocionante” aunque le resulte triste ver a Hurley y Behnken partir de la ISS, destacando la importancia de tener nuevos medios para transportar astronautas.
Behnken aseguró que, aunque están deseando volver a casa, “no sería un gran problema si se pospusiese el viaje” dadas las condiciones del clima, ya que podrían continuar trabajando en la EEI pero que confía “en el trabajo que está haciendo el equipo desde abajo”.
“Confiamos en que los equipos sobre el terreno están observando eso mucho más de cerca que nosotros y no dejaremos la estación espacial sin que haya buenas oportunidades de aterrizaje y buenas condiciones climáticas frente a nosotros”, añadió el astronauta.
Hurley coincidió y señaló que de no producirse las condiciones necesarias “el viaje se pospondría a otro día” sin especificar la fecha exacta, pero que dadas las características “impredecibles” de los sistemas tropicales “no se puede hacer nada”.
“Agosto y septiembre son meses duros para lidiar con los huracanes porque se suele producir un pico y 2020 parece que será un año muy activo. Lo que más nos interesa saber es el tiempo, pero al ser un sistema tropical y pese a toda la tecnología de la que disponemos siguen siendo fenómenos muy impredecibles”, indicó Hurley.
La misión fue la primera de una nave tripulada lanzada desde suelo estadounidense. La última había sido en 2011 cuando terminó el programa de los transbordadores espaciales.
Fue también la primera vez que una compañía privada voló hasta la ISS para llevar astronautas.
Por los últimos nueve años, astronautas estadounidenses habían viajado exclusivamente en los cohetes Soyuz rusos, por un precio de cerca de 80 millones de dólares por asiento.