Continúa reconstrucción
El estruendo de máquinas de construcción es lo único que se oye. Tractores, volquetes y excavadoras continúan retirando toneladas de escombros del centro comercial y financiero de Portoviejo, en el suroeste de Ecuador, el cual quedó en ruinas por el terremoto de hace tres semanas.
El ir y venir de la maquinaría es lo único que le da vida al núcleo de la capital de la provincia costera de Manabí, epicentro y la más golpeada por el sismo de 7,8 grados de magnitud que deja 660 muertos y 15 desaparecidos, según el más reciente balance oficial.
“Aquí no entra nadie. Ningún civil puede ingresar si no tiene autorización”, dijo a la AFP un militar encargado de la vigilancia dentro de la Zona Cero de Portoviejo, que abarca decenas de manzanas que permanecen despobladas ante el inminente peligro de que colapsen más edificaciones.
El área concentraba las actividades comerciales y bancarias de Portoviejo, donde se registran 133 fallecidos y las autoridades han determinado que 279 construcciones que apenas se mantienen en pie son inseguras y tienen carteles rojos con la prohibición de ingreso de personas.
Otras 739 estructuras están en alerta amarilla, por lo que su utilización es restringida.