Xavier Olea, fiscal de Guerrero dijo el miércoles último que el asesino de Hernández Martínez fue su propio hijo y descartó que el crimen organizado esté detrás del hecho violento.
Olea explicó que peritos de la fiscalía hallaron tres tipos de sangre en el lugar donde ocurrió el doble crimen. El primer tipo de sangre es del ahora fallecido director de la Policía, el otro de su pareja sentimental y un tercero pertenece al hijo, Jesús Hernández.
Los hechos
Guerrero es uno de los estados más violentos del sur de México y el doble crimen ocurrió en el turístico puerto de Acapulco. Se presume que el asesinato ocurrió el domingo último pues los cadáveres fueron localizados el lunes, según informó el gobierno estatal.
Tomás Hernández Martínez, director general y coordinador operativo de la Policía Estatal, “fue encontrado sin vida en el interior de su domicilio” en la populosa colonia Progreso, informó la Secretaría de Seguridad Pública local (SSP) en un comunicado.
Luego de calificar el “homicidio” como una “enorme pérdida”, la dependencia se abstuvo en su comunicado de “dar a conocer mayores detalles para no entorpecer las investigaciones que al respecto está realizando la Fiscalía General del estado”.
De su lado, el vicefiscal estatal, José Antonio Bonilla, aseguró más tarde en conferencia de prensa que el comandante Hernández Martínez fue asesinado junto con una mujer, quien era su pareja sentimental.
El jefe policíaco y su mujer fueron degollados y tenían heridas causadas por cuchillo en el rostro y algunas partes del cuerpo, reveló bajo el anonimato un agente de la fiscalía estatal presente en la escena del homicidio.
Violencia
El comandante Tomás Hernández Martínez rendía cuentas directamente al general Pedro Almazán Cervantes, secretario de Seguridad Pública de Guerrero.
Guerrero, uno de los estados más empobrecidos del país y con costas al Pacífico, es punto clave para la siembra y tráfico de marihuana y de goma de opio, y se ha vuelto escenario de frecuentes choques sangrientos entre narcotraficantes.
Acapulco, otrora balneario favorito de celebridades, ahora es considerado la capital de los asesinatos en México con 111 homicidios por cada 100 mil habitantes el año pasado.
Muchos de estos asesinatos son atribuidos a las sangrientas disputas entre dos cárteles por quedarse con el mercado local de venta de drogas, el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) y el de los Beltrán Leyva.
Más de mil 300 personas han sido asesinadas en la ciudad desde el 2015. Y al menos tres han sido asesinadas en plena playa este año.
Desde que el Gobierno lanzó un combate militarizado contra el narcotráfico en diciembre del 2006, cerca de 170 mil personas han sido asesinadas y más de 28 mil reportadas desaparecidas en México, aunque estas cifras oficiales no especifican el número de víctimas de la violencia relacionada con el crimen organizado.
Repunte
En agosto último, ocurrieron dos mil 147 homicidios en México, la cifra más alta en lo que va del Gobierno de Enrique Peña Nieto, según varios periodistas mexicanos que hicieron eco de la cifra en sus redes sociales.
