Según una investigación publicada esta semana por ese semanario y el equipo de Aristegui Noticias, el proceso por el que se declaró “nulo e inválido” el matrimonio de Rivera con su primer marido, el productor José Alberto Castro, estuvo plagado de “irregularidades”.
Rivera y Castro celebraron en el 2004 un enlace oficiado por el sacerdote Ramón García López en una iglesia de la Ciudad de México y más adelante hubo una ceremonia de acción de gracias en Acapulco, estado de Guerrero.
En este último evento, únicamente se celebró una misa con la que “se renovó el compromiso matrimonial realizado canónica y previamente”, como reflejó una carta escrita por el presbítero José Luis Salinas Aranda, quien ofició la ceremonia de Acapulco, al entonces gobernador del Estado de México, Peña Nieto.
Luego de el divorcio vía civil en el 2008 de la pareja y el anuncio del noviazgo entre el político y la actriz, comenzó un trámite con el que, en poco tiempo, el Tribunal de la Arquidiócesis de México anuló el enlace celebrado en la capital y el que “pretendieron contraer” en Acapulco.
El motivo que alegaba el Tribunal para la anulación era “defecto de forma canónica”, porque -según comentó la ahora primera dama en una entrevista- “no hubo anillo, no hubo lazo” y el padre que firmó el acta “no tenía permiso para celebrar el sacramento”.
El sacerdote que ofició la ceremonia, García López, continúa ejerciendo en un templo de Michoacán. Sin embargo, Salinas Aranda fue quien acabó siendo sancionado.
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— Aristegui Noticias (@AristeguiOnline) February 10, 2016
A Salinas se le achacó “haber actuado como sacerdote sin licencia” y “haber simulado el matrimonio de Rivera y Castro”, señala la investigación periodística.
Desde entonces, Salinas emprendió una lucha por volver al ejercicio del ministerio sacerdotal, que continuó hasta su muerte, en octubre del 2015.
En su batalla llegó a escribir varias cartas al papa Francisco, que nunca llegó a recibirle, y con la ayuda de una canonista austríaca presentó su caso ante el Tribunal de la Rota Romana.
La Rota emitió una sentencia estableciendo que la resolución del tribunal mexicano debía ser declarada “incorregiblemente nula”, porque a Salinas se le negó “todo derecho de autodefensa”.
Peña Nieto, quien llegó a la Presidencia de México en diciembre del 2012, y Rivera celebraron su enlace en noviembre del 2010 en la catedral de Toluca, en una misa a puerta cerrada oficiada por Miranda.
Aunque hay videos de la pareja comulgando y entregándose los anillos, ni Proceso ni el equipo de Aristegui pudieron localizar “algún registro público” en el que Peña Nieto o Rivera “pronunciaran de viva voz la liturgia del sacramento matrimonial”.
La investigación salió a la luz justo en la semana en que el papa Francisco llega a suelo mexicano para realizar su primera visita al país como pontífice, aunque la tercera tras otras realizadas en 1970 y 1999.