Los arqueólogos Yosef Garfinkel y Saar Ganor dijeron que el tarro pertenecía a un Esbaal diferente, probablemente el propietario de una finca agrícola.
Agregaron que es la primera vez que el nombre es descubierto en una antigua inscripción y es sólo una de cuatro inscripciones descubiertas del décimo siglo bíblico del reino de Judea antes de Cristo, cuando se dice que David reinaba.
Los arqueólogos unieron la inscripción a partir de fragmentos de cerámica encontrados en una excavación en el 2012 en el valle de Ela, en el centro de Israel.