Las especulaciones tomaron un nuevo aire tras la salida en 1991 del film JFK de Oliver Stone, que mostraba teorías conspirativas en torno al asesinato. Ante el debate público que le siguió, una ley de 1992 autorizó la publicación de todos los documentos -unos millones de archivos han sido hecho públicos-, reservando bajo llave una parte de ellos hasta la fecha límite del 26 de octubre de 2017.
Estaba previsto que los archivos se abrieran completamente el próximo jueves, casi 54 años después del asesinato de Kennedy, una ocasión esperada con gran ansiedad tanto por historiadores como por defensores de teorías conspirativas.
El presidente estadounidense puede aún decidir mantener algunos archivos en secreto posiblemente para proteger fuentes y métodos de inteligencia aún usados, un derecho al que Trump no renunció en su tuit y que un funcionario de la Casa Blanca destacó este sábado.
“El presidente cree que esos documentos deben hacerse disponibles en el interés de una completa transparencia, al menos que las agencias (de inteligencia) presenten una justificación clara y convincente relacionada con la seguridad nacional o el mantenimiento del orden”, declaró el responsable.
Algunos medios han estimado el número de archivos aún secretos en tres mill cien y han asegurado que decenas de miles de informes que fueron liberados hace años con apartados tachados ahora serán totalmente desclasificados.
El sitio Politico había destacado el viernes, citando a miembros del gobierno, que Trump estaba bajo presión, particularmente de la CIA, para que bloquee la publicación de algunos de esos documentos, especialmente los que se remontan a los años 90 porque podrían poner en peligro a agentes e informantes aún en ejercicio.