“La canonización de la Madre Teresa nos invita a ver en ella un héroe cristiano, un modelo sobresaliente de la vida cristiana”, afirmó en marzo el sacerdote canadiense Brian Kolodiejchuk, quien promovió la santidad de la monja.
Aunque fue una figura venerada internacionalmente, no gozó de las simpatías de todo el mundo. Su duro rechazo al aborto y la anticoncepción, así como su disposición a recibir donaciones de dictadores fueron motivo de controversia.
Cartas privadas publicadas después de su muerte, el 5 de septiembre de 1997, revelaron también que en los últimos 50 años de su vida estaba desesperada por la sensación de haber perdido el contacto personal con Jesús mientras seguía firmemente dedicada a su causa.
La canonización de la Madre de Teresa es uno de los momentos culminantes del Jubileo de la Misericordia inaugurado el año pasado por Francisco, que concluirá el 20 de noviembre.
En el prólogo de un libro sobre la nueva santa, publicado en julio, el papa recordó que dar a los pobres es una enseñanza fundamental del cristianismo. “La Madre Teresa tomó esta página del evangelio como guía para su vida y camino hacia su santidad, lo que también puede ser válido para nosotros”, afirmó el pontífice argentino.
El papa oficiará en la Plaza de San Pedro una misa durante la cual se le pedirá tres veces, en latín, que eleve a la Madre Teresa a los altares. La santidad estará oficialmente reconocida en cuanto Francisco responda a las tres peticiones, también en latín.
Se prevé que el ministro de Relaciones Exteriores indio, Sushma Swaraj, y otros dignatarios del país de adopción de la Madre Teresa asistan a la ceremonia.
Varios actos han sido programados para los días previos a la canonización, entre ellos una vigilia de oración este viernes y una audiencia con el papa en la Plaza de San Pedro en la mañana del sábado, seguida en la tarde de una veneración de reliquias de la Madre Teresa en una basílica romana fuera del Vaticano.
Como la canonización se lleva a cabo el día previo a la fecha de muerte de la religiosa, se espera que haya más celebraciones y servicios religiosos el lunes 5 de septiembre y los días siguientes.
Los días 7 y 8 de septiembre los peregrinos tendrán permiso para visitar la habitación que utilizaba la Madre Teresa durante sus visitas a Roma, en el convento de la iglesia de San Gregorio Magno, cerca del Coliseo.