En tanto, en el 2016 que está a punto de concluir Latinoamérica y el Caribe experimentaron algunos de los momentos más extraordinarios de su historia reciente, cuando Barack Obama se convirtió en el primer presidente estadounidense de turno que visitó Cuba en 88 años, se logró un acuerdo de paz en Colombia tras un sangriento conflicto y el papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, visitó la región en su mayoría católica.
Pero las tragedias también persiguieron al continente: un avión que llevaba a un equipo de fútbol cayó en Colombia y el huracán Matthew devastó Haití.
Los mexicanos se enojaron por los comentarios del ahora presidente electo Donald Trump, que fueron vistos como denigrantes hacia los inmigrantes de México en Estados Unidos. Los cubanos lloraron la muerte de su líder Fidel Castro.
Se hizo historia cuando Obama aterrizó en Cuba como parte de una tregua de Washington con el país comunista, dejando atrás décadas de animadversión entre enemigos de la Guerra Fría. Marcando una apertura cultural, los Rolling Stones tocaron para multitudes en La Habana.
Otra larga confrontación de medio siglo terminó en Colombia, donde el gobierno del ganador del premio Nobel de la Paz, el presidente Juan Manuel Santos, llegó a un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
El conflicto había dejado 220 mil muertos.
Pero al parecer no se pudo divisar el fin de la guerra de México contra los carteles de drogas.
Las fuerzas mexicanas de seguridad recapturaron al capo Joaquín el Chapo Guzmán luego que él humilló al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto al escapar de una prisión a través de un túnel.
Peña Nieto también sufrió fue muy criticado en México por tener una reunión sorpresa con Trump.
Los brasileños protestaron por la corrupción, que conllevó a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.