El agua cubrió las calles en algunos lugares y se pidió a los vecinos de varios pueblos que salieran de sus casas para refugiarse en tierras más altas, mientras que otros recibieron recomendaciones de mover sus objetos valiosos y estar atentos a los avisos de los servicios de emergencia sobre posibles evacuaciones.
Una compañía del Ejército ayudó a construir defensas temporales contra las crecidas en Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, donde los vecinos tienen problemas para gestionar la crisis. La precipitación registrada en las zonas inundadas no tienen precedentes, señaló el ministro responsable de inundaciones, Rory Stewart.
En algunos puntos podría caer en un día tanta agua como en un mes normal, dijo, sobre un terreno ya saturado tras los últimos días.