Añadió que “durante el presente periodo húmedo o lluvioso, etapa comprendida entre mayo a octubre, es evidente la ausencia de lluvias. El nivel de los embalses se encuentra muy por debajo de su capacidad de llenado y las fuentes de agua subterráneas están en descenso con respecto a los meses precedentes”.
Cuba, ubicada en el Caribe, y con altas temperaturas casi todo el año, tiene realmente dos estaciones: la de lluvia, de mayo a octubre, y la seca, de noviembre a abril. No cuenta con ríos caudalosos ni lagos, por lo que depende totalmente del nivel de precipitaciones.
En el último medio siglo se han construido numerosos embalses. El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) administra la mayoría de ellos (242).
No se vislumbra una próxima mejoría de la dramática situación actual, asociada al cambio climático según los especialistas.
Defensa Civil señaló que “la extensión de la actual sequía intensa” y la “poca actividad en la temporada ciclónica en lo que resta del año” indica que “pudiera mantenerse la escasez de lluvias, afectando aún más la disponibilidad de agua para el próximo periodo seco, que comienza en noviembre”.
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— Agence France-Presse (@AFPespanol) August 17, 2015
Según el Instituto de Meteorología, julio concluyó “con un 63% de todo el territorio nacional con déficit en sus acumulados. De ellos, un 24% se catalogaron como extremos y severos, otro 18% moderados y un 21% débiles”.
La presidenta del INRH, Inés María Chapman, llamó el pasado 5 de agosto a “prepararnos para enfrentar la sequía más crítica y garantizar la protección a la población”.
En barrios de La Habana y poblaciones de provincias, el reparto de agua se realiza con camiones cisternas, debido a la imposibilidad de bombear el agua por la depresión de algunos embalses.
Se registran ya cuantiosas pérdidas en la agricultura y la ganadería, según diferentes reportes de prensa.