“Alrededor de las 16.00 horas de esta tarde (hora de Afganistán), un atacante suicida que se había atado explosivos a su cuerpo se hizo detonar dentro del centro educativo Mawud”, dijo el portavoz de la policía, Hashmat Stanikzai.
En la explosión “murieron 37 personas, y más de 40 resultaron heridas”, agregó el portavoz de la policía tras afirmar que “la mayoría absoluta” de las víctimas son estudiantes.
Advirtió que el balance puede todavía aumentar. Otras autoridades dijeron que había 48 muertos, y brindaron cifras más altas de heridos.
No está claro por ahora cómo había tantos estudiantes en ese centro a la hora del ataque.
Un testigo, el estudiante Alí Ahmad, dijo que había hasta 100 estudiantes dentro cuando irrumpió el atacante, sin embargo las autoridades no confirmaron esa cifra.
“Mi hermano resultó herido, posiblemente asesinado, porque no respiraba cuando saqué su cuerpo ensangrentado del aula en llamas”, dijo un hombre, que se identificó como Assadulá. Él se encontraba cerca cuando escuchó la explosión, y salió corriendo hacia el centro educativo, dijo a la AFP. Su hermano, Nusratulá, tenía 17 años, dijo, sollozando al teléfono.
“Era un chico inteligente y muy enérgico, el mejor de su clase”, contó Assadulá. “Ahora (…) no estoy seguro de que él vaya a sobrevivir”.
Por el momento no ha sido reivindicado el ataque, que fue condenado de inmediato por el presidente Ashraf Ghani en un comunicado.
Tanto los talibanes como el grupo yihadista Estado Islámico (EI) han reivindicado numerosos atentados en la capital y en el este del país durante los últimos meses, sin embargo esta vez los talibanes negaron rápidamente que estuvieran implicados en este ataque.
Conflicto al límite
El ataque pone de relieve el alto precio que están pagando los ciudadanos afganos en el complejo conflicto, mientras el país tambalea por un reciente recrudecimiento de la violencia insurgente, que incluye un ataque masivo y de varios días llevado a cabo por los talibanes en la ciudad de Ghazni.
Las fuerzas afganas parecen haber expulsado finalmente a los combatientes talibanes de la capital estratégica de la provincia este miércoles, mientras comerciantes y residentes regresaban cautelosamente a las calles después de días de intensos combates terrestres y ataques aéreos estadounidenses.
Las fuerzas de seguridad patrullaban el centro de la ciudad, donde no vieron militantes pero constataron los destrozos por los combates que comenzaron el jueves por la noche y que parece finalmente haber terminado.
No obstante los analistas dijeron que los talibanes habían logrado una victoria militar y psicológica contra Kabul en Ghazni, demostrando que tienen la fuerza necesaria para atacar una ciudad estratégicamente vital cerca de la capital y permanecer atrincherados allí durante días.
La caída de una base del norte esta semana, con al menos 17 soldados muertos, fue otro golpe para las fuerzas de seguridad afganas, que han sufrido innumerables bajas.
“Lo que hemos visto en los últimos días es un microcosmos de la guerra en Afganistán; tropas afganas superadas, combatientes talibanes envalentonados y fuerzas estadounidenses que eventualmente entran para ayudar a sacar a los afganos”, dijo a la AFP el analista Michael Kugelman del Centro Wilson en Washington.
“Lo que está claro es que casi cuatro años después de que las fuerzas de seguridad afganas se hicieron cargo de las operaciones militares de la guerra, lamentablemente todavía no están preparados para la tarea, a pesar de las verdaderas mejoras en sus capacidades en los últimos años”, concluyó el analista.
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