El último balance comunicado el lunes por la mañana es de 72 muertos, dijo a la AFP el inspector de policía adjunto Haider Ashraf.
El kamikaze “se hizo estallar cerca del área de juegos para niños, donde jugaban en los columpios”, indicó a la AFP un alto responsable administrativo de Lahore, Mohammad Usman, quien añadió que más de 200 personas resultaron heridas.
Ashraf señaló que había muchas víctimas musulmanas.
La explosión se produjo en el parque Gulshan-e-Iqbal, cerca del centro de la ciudad. “Fue una explosión muy fuerte, se utilizaron explosivos muy potentes”, señaló Ashraf, quien agregó que se hallaron bolas metálicas.
En medio del caos, socorristas y voluntarios intentaban auxiliar a los heridos, en medio de charcos de sangre.
“No encuentro a mi hermana. Mi hijo volvió a casa, pero no logro encontrar a mi hermana ni a mi sobrina”, explicaba desesperada una mujer, Amina Bibi.
Un médico, el doctor Ashraf, describió escenas de horror en el hospital Jinnah donde trabaja. En Twitter circulaban llamados a donar sangre.
“Estamos atendiendo a los heridos en el suelo y los pasillos, y siguen llegando”, señaló.
El primer ministro Nawaz Sharif condenó el atentado. Tres días de duelo fueron decretados en la provincia de Pundjab, cuya capital es Lahore.
La joven paquistaní premio Nobel de la Paz Malala Yousafzaï dijo estar “abatida por esta matanza sin sentido”.
Estados Unidos también condenó este ataque “cobarde” y Francia reiteró su ambición de “seguir combatiendo el terrorismo en todo el mundo”.
El secretario general de la ONU Ban Ki-moon reclamó que “los autores de este espantoso acto de terrorismo sean llevados rápidamente ante la justicia”.
“Esta horrible masacre de decenas de inocentes proyecta una sombra de tristeza y angustia sobre la fiesta de Pascua”, dijo por su parte el Vaticano.
“Muchos cristianos”
El parque Gulshan-e-Iqbal de Lahore, una ciudad de 10 millones de habitantes, estaba especialmente lleno este día de primavera, en el que la comunidad cristiana celebraba el domingo de Pascua.
Javed Ali, residente de Lahore, de 35 años, cuya casa está justo frente a la entrada al parque, dijo a la AFP que escuchó “una enorme explosión (que) hizo explotar las ventanas” de su casa. “Todo temblaba, la gente gritaba y había polvo por todas partes”.
“Salí diez minutos después. Había restos humanos en los muros de nuestra casa. La gente lloraba y se escuchaban sirenas”.
El parque, donde él mismo estuvo unas horas antes, estaba “lleno de gente por Pascua, había muchos cristianos. Había tanta gente que le dije a mi familia que no vaya”, explicó.
En Pakistán, grupos islamistas armados atacan a veces a la minoría cristiana, que representa cerca del 2% de la población de este país mayoritariamente musulmán sunita de 200 millones de habitantes.
Un doble atentado suicida talibán contra una iglesia en Lahore dejó 17 muertos en marzo de 2015.
Caos en Islamabad
Más temprano se registraron enfrentamientos en la capital Islamabad y en la ciudad de Rawalpindi.
Unos 25.000 partidarios de un islamista ahorcado el mes pasado, Mumtaz Qadri, desfilaron violentamente, con piedras, pese a la intervención de policías que lanzaron gases lacrimógenos.
El ejército fue desplegado en la capital para “controlar” la situación y garantizar la seguridad de la zona alrededor del Parlamento, donde los manifestantes se congregaron en la noche, dijo por Twitter un portavoz del ejército.
La ejecución el 29 de febrero de Mumtaz Qadri, policía que mató en 2011 al gobernador Salman Taseer, fue percibido como un momento clave en la lucha contra el extremismo religioso, pero esta ejecución molestó a muchas corrientes islámicas, que se manifestaron masivamente en el sepelio de Mumtaz Qadri.