“El policía, que trabajaba secretamente para los militantes, después de matar a sus diez compañeros, se unió de nuevo a los talibanes y escapó con ellos”, afirmó el portavoz.
Nayab aseguró que los insurgentes robaron armas y munición de la Policía tras el ataque.
Tropas afganas enviadas a la zona restablecieron el puesto de seguridad, indicó.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid manifestó a través de Twitter que los insurgentes mataron a nueve policías y se apoderaron de sus armas en el mismo distrito.
Los talibanes suelen asumir este tipo de ataques, que aseguran llevar a cabo tras haber infiltrado a combatientes en las filas de la Policía y el Ejército afganos.
En septiembre del año pasado, diez soldados murieron en la provincia de Jawzjan (noroeste), mientras que en febrero fallecieron siete policías en Helmand (sur), en ataques internos.
Uruzgan es una de las provincias más inseguras del país asiático, donde los talibanes tienen presencia en zonas remotas limítrofes con las provincias de Helmand y Zabul.